Cristina Civale para Clarín
BLOG:Civilización & Barbarie
conflictos y armonías en la cultura contemporánea
Martes 30 de Noviembre de 2010
La siesta: un sueño chino
“La vigilia nos mantiene alertas y el sueño nos sumerge en lugares donde la barrera de la represión pierde parte de su fuerza; las siestas -en especial las de verano donde el clima nos incita a desnudar los cuerpos- invitan a participar de una suerte de trance, de ensoñación mágica…ni tan dormidos ni tan despiertos, donde la fantasía despliega todo su poder de seducción. Espacios que se dan en todas partes del mundo, lugares que se transforman en puntos de encuentro y que captaron la atención del artista desde que tiene memoria. Allí, en medio de esas siestas báquicas, se construyen sueños eróticos, que muchas veces se corporizan y convierten en realidad entre los visitantes que frecuentan esos bosques”, afirma María Carolina Baulo, la curadora de la muestra Siestas paraguayas, cuentos chinos, que reúne pinturas e instalaciones del artista visual Dany Barreto, también factotum de la revista de arte Sauna, sobre la que hablé hace poco.
Sus siestas paraguayas primero nos llevan a atravesar una suerte de laberinto verde y a su salida nos encontramos con pinturas inquietantes, provenientesquizá del sueño: ¿los sueños chinos?.
Lo cierto es que esta muestra cierra con gran fiestón este jueves 2 a las 7pm en ThisIsNotAGallery (Cabrera 5849). Esta aventura chino-paraguaya no es más que una excusa para narrar las impresiones que emanan de lo onírico y su nombre es una excusa astuta para darles lugar, aunque Barreto me dice que él pasó parte de su infancia en Paraguay y que la siesta y ese pegoteo erótico dormilón era parte del rito.
Pero qué importa la realidad si la obra es tan sobrecogedora como impresionante. A mí, al menos, no me interesa indagar en sus verdaderos orígenes, sólo disfrutar del transcurrir del laberinto de fácil salida, de los “sueños chinos” que disparan mi imaginación y mi líbido.
Esperamos más sueños o siestas o duermevelas paraguayas de Barreto. Como sea: rinden.
viernes, 10 de diciembre de 2010
jueves, 9 de diciembre de 2010
Por Alejandra Bello
para Ramona
23 de noviembre de 2010
Tesoros Escondidos
“Las siestas paraguayas describen todo un mundo que existe justo en el límite de lo real y lo artificial… Espacios salvajes pero también urbanos, recovecos con plantas, pájaros, cantos, sonidos de la naturaleza nos llevan a un mundo donde los tesoros escondidos no son lo único factible de encontrar entre la mata densa y misteriosa…”, Escribe María Carolina Baulo, curadora de la muestra.
A través de su obra, Barreto propone tres momentos de cualidades diferentes.
Al comienzo detenerse en el detalle. Un pequeño adelanto de lo que nos encontraremos.
Luego, un laberinto que lleva a la búsqueda del tesoro. Avanzar, retroceder y esconderse.
Finalmente, la contemplación y confrontación con uno mismo. Desembocar frente al espejo de colores, que el reflejo nos haga su pregunta y quedarnos disfrutando de los tesoros encontrados.
La obra -realizada con deshecho urbano- invita al movimiento, la búsqueda, la pregunta, al descubrimiento y a la contemplación, al servicio de la sensibilidad y la belleza.
Este es el viaje que hice con la obra de Barreto.
No dude, ni por un instante, en probar el suyo propio.
para Ramona
23 de noviembre de 2010
Tesoros Escondidos
“Las siestas paraguayas describen todo un mundo que existe justo en el límite de lo real y lo artificial… Espacios salvajes pero también urbanos, recovecos con plantas, pájaros, cantos, sonidos de la naturaleza nos llevan a un mundo donde los tesoros escondidos no son lo único factible de encontrar entre la mata densa y misteriosa…”, Escribe María Carolina Baulo, curadora de la muestra.
A través de su obra, Barreto propone tres momentos de cualidades diferentes.
Al comienzo detenerse en el detalle. Un pequeño adelanto de lo que nos encontraremos.
Luego, un laberinto que lleva a la búsqueda del tesoro. Avanzar, retroceder y esconderse.
Finalmente, la contemplación y confrontación con uno mismo. Desembocar frente al espejo de colores, que el reflejo nos haga su pregunta y quedarnos disfrutando de los tesoros encontrados.
La obra -realizada con deshecho urbano- invita al movimiento, la búsqueda, la pregunta, al descubrimiento y a la contemplación, al servicio de la sensibilidad y la belleza.
Este es el viaje que hice con la obra de Barreto.
No dude, ni por un instante, en probar el suyo propio.
lunes, 9 de noviembre de 2009
ARTPULSE (USA)
Owners of the Crossroad - Aesthetics of Exú and Pomba Gira in Rio de la Plata
By Maria Carolina Baulo
From August 6 - 30, 2009 the visual arts exhibition “Owners of the Crossroad -Aesthetics of Exú and Pomba Gira in the Rio de la Plata” ran at the Rojas Cultural Centre of Buenos Aires, showing the aesthetics of these African cults. Juan Batalla, Argentine, visual artist, co-director of the Arte Brujo Editorial and specialist in African cults, is the curator of the exhibition, focusing on the combination of disciplines such as anthropology, sociology, religion and art. “Owners of the Crossroad” highlights the interaction of literature –first presented as a book of images and texts by authors from Argentina, Brazil and Uruguay- and an art exhibition which started in Uruguay at the Blanes Museum of Montevideo in April 2009, followed by the Rojas Cultural Centre in August and finally ending in Sao Paolo, Brazil in the near future.
These sorts of images are always related to marginality and they assume a pagan perspective covering the main subjects condemned by the Christian church: these cults free people from all their fears and vindicate the joy of life without expecting any compensation in another life for the sacrifices made on Earth. The gods worshiped are popular divinities, accessible for the faithful, close to people’s feelings and needs; this might be one of the reasons why the influence of these cults is expanding so fast. The African cults of Exú and Pomba Gira are liberating cults; however, the followers believe each invocation to the gods has consequences.
Exú, the man, and Pomba Gira, the woman are both main spiritual entities in African cults, two sides of the same coin. No attempt to disqualify them could stop the cults from getting stronger in the suburbs of the most important cities of Argentina and Uruguay. These are spirits related to transgression and, because of the phenomenon of syncretism, the gods took the place of devils when the cult arrived in America with the African slaves. And the cult transformed in such way, that it generated a parallel cult: the Kimbanda. From Africa, it traveled to Cuba, Haiti, Bahia (Brazil) and from there to the rest of the Americas and further expanded to Brazil; finally from Porto Alegre to Buenos Aires and Montevideo. Once in Uruguay and Argentina, because of those cultural influences and contamination, the cult gained a new meaning and several artistic expressions became related to the rituals: performances, dance, music, food, among others.
The main importance of this exhibition at the Rojas Cultural Centre, represented by artists from Argentina and Uruguay, lay in the role played by Exú: one of the most important divinities of the African-Latin pantheon, a multifaced and contradictory god, identified as a spirit and as an orixá or divinity at the same time. The idea was to clearly express the enormous complexity and richness found in arts derived from a contemporary theology, which gets stronger every day. The exhibition was based on different perspectives aimed at showing the beauty within the ritual art. Installations and videos were the protagonists and many of the participating artists expressed using this media: Dany Barreto, Argentine, visual artist and also co-director of the Arte Brujo Editorial, recreated an Umbanda temple, and centered the attention on a typical symbol of Exú: the dog. The photographs by the Argentine photographer Guillermo Srodek Hart introduced us into the Kimbanda altars in Montevideo and Buenos Aires; his large-format images allowed the spectator to capture the magnitude of those interiors. The Argentine Leon Ferrari presented Exú´s icons as demons, acting as the Christian saints’ opponents. The exhibition included other artists’ works: Guillermo Zabaleta, Diego Perrotta, Gustavo Tabares, Melina Scumburdis, Marcelo Bordese, Nora Correas, Ángela López Ruiz, Nico Sara, Anabel Vanoni and Margaret Whyte.
The presence of a culture which fought strongly to open its path in Rio de la Plata can no longer be ignored. It is a must for Occidental culture to recognize diversity and its importance in rituality, and also in the field of art. This itinerant exhibition could be a first step in approaching the mystery of the unknown.
María Carolina Baulo: Art writer, Master’s Degree in History of Art, with studies in Cinematography, Photography and Theater. macabaulo@hotmail.com
Owners of the Crossroad - Aesthetics of Exú and Pomba Gira in Rio de la Plata
By Maria Carolina Baulo
From August 6 - 30, 2009 the visual arts exhibition “Owners of the Crossroad -Aesthetics of Exú and Pomba Gira in the Rio de la Plata” ran at the Rojas Cultural Centre of Buenos Aires, showing the aesthetics of these African cults. Juan Batalla, Argentine, visual artist, co-director of the Arte Brujo Editorial and specialist in African cults, is the curator of the exhibition, focusing on the combination of disciplines such as anthropology, sociology, religion and art. “Owners of the Crossroad” highlights the interaction of literature –first presented as a book of images and texts by authors from Argentina, Brazil and Uruguay- and an art exhibition which started in Uruguay at the Blanes Museum of Montevideo in April 2009, followed by the Rojas Cultural Centre in August and finally ending in Sao Paolo, Brazil in the near future.
These sorts of images are always related to marginality and they assume a pagan perspective covering the main subjects condemned by the Christian church: these cults free people from all their fears and vindicate the joy of life without expecting any compensation in another life for the sacrifices made on Earth. The gods worshiped are popular divinities, accessible for the faithful, close to people’s feelings and needs; this might be one of the reasons why the influence of these cults is expanding so fast. The African cults of Exú and Pomba Gira are liberating cults; however, the followers believe each invocation to the gods has consequences.
Exú, the man, and Pomba Gira, the woman are both main spiritual entities in African cults, two sides of the same coin. No attempt to disqualify them could stop the cults from getting stronger in the suburbs of the most important cities of Argentina and Uruguay. These are spirits related to transgression and, because of the phenomenon of syncretism, the gods took the place of devils when the cult arrived in America with the African slaves. And the cult transformed in such way, that it generated a parallel cult: the Kimbanda. From Africa, it traveled to Cuba, Haiti, Bahia (Brazil) and from there to the rest of the Americas and further expanded to Brazil; finally from Porto Alegre to Buenos Aires and Montevideo. Once in Uruguay and Argentina, because of those cultural influences and contamination, the cult gained a new meaning and several artistic expressions became related to the rituals: performances, dance, music, food, among others.
The main importance of this exhibition at the Rojas Cultural Centre, represented by artists from Argentina and Uruguay, lay in the role played by Exú: one of the most important divinities of the African-Latin pantheon, a multifaced and contradictory god, identified as a spirit and as an orixá or divinity at the same time. The idea was to clearly express the enormous complexity and richness found in arts derived from a contemporary theology, which gets stronger every day. The exhibition was based on different perspectives aimed at showing the beauty within the ritual art. Installations and videos were the protagonists and many of the participating artists expressed using this media: Dany Barreto, Argentine, visual artist and also co-director of the Arte Brujo Editorial, recreated an Umbanda temple, and centered the attention on a typical symbol of Exú: the dog. The photographs by the Argentine photographer Guillermo Srodek Hart introduced us into the Kimbanda altars in Montevideo and Buenos Aires; his large-format images allowed the spectator to capture the magnitude of those interiors. The Argentine Leon Ferrari presented Exú´s icons as demons, acting as the Christian saints’ opponents. The exhibition included other artists’ works: Guillermo Zabaleta, Diego Perrotta, Gustavo Tabares, Melina Scumburdis, Marcelo Bordese, Nora Correas, Ángela López Ruiz, Nico Sara, Anabel Vanoni and Margaret Whyte.
The presence of a culture which fought strongly to open its path in Rio de la Plata can no longer be ignored. It is a must for Occidental culture to recognize diversity and its importance in rituality, and also in the field of art. This itinerant exhibition could be a first step in approaching the mystery of the unknown.
María Carolina Baulo: Art writer, Master’s Degree in History of Art, with studies in Cinematography, Photography and Theater. macabaulo@hotmail.com
H-ART MAGAZINE, October 2009
ART INTERNATIONAL
AESTHETICS OF EXÚ AND POMBA GIRA IN THE RIO DE LA PLATA: OWNERS OF THE CROSSROAD
by Maria Carolina Baulo
Earlier this year the visual arts exhibition ‘Owners of the Crossroad, aesthetics of Exú and Pomba Gira in the Rio de la Plata' opened in Montevideo, Uruguay before moving to Buenos Aires and in 2010 to Sao Paolo. It deals with the aesthetics of Exú and Pomba Gira, African cults which arrived to America with the African slaves and gained popularity in Latin-America and showed the response of contemporary artists to these popular cults.
The role images played since the beginning of times is related not only to the concept we use to refer to as art, but also to the ritual, the devotional and the religious. In fact, what we call the contemporary art, also questions the parameters which determine what could or couldn't be included in the category of art. But to question a category, paradigm, concept or validation criteria, first it should be recognized as a cultural structure developed in a certain moment in a certain social group. Of course, usually the criteria and the categories of the dominant groups prevail - not necessarily in a pacific way - over the rest of the sensitive expressions, including the production of images.
The will to express thoughts and feelings is inherent to the essence of men. Images can operate as a wonderful tool to create a solid ideology. In the Middle Ages images were the bible for the illiterate. The educated would take advantage of it to reach the masses and introduce them to the holy church's doctrine. But any ‘artistic' expression which dared to question the fundamentals of the catholic religion would be eclipsed by the power of the church. A church that didn't just concentrate on legitimizing the Christian message but also on silencing, repressing, hiding and disqualifying any alternative to that ‘official' version of reality. Nevertheless, clandestine resistance to subjugation and to the imposition of ways of thinking always existed. But the burden of centuries of discredit and the usage of labels such as dark, evil and sinister (just remember the porticos of the Romanic or Gothic churches where all the ‘good' was at the right of Jesus and the ‘sinister' was at the left), would make the assimilation of those other narratives difficult. It is then necessary to keep an open mind and be prepared to question how our validation criteria where created and by whom. My personal experience with the Exú and Pomba Gira cults is a perfect example of this internal battle.
RITUAL
Last spring the visual arts exhibition ‘Owners of the Crossroad, aesthetics of Exú and Pomba Gira in the Rio de la Plata' ran at the Blanes Museum in Montevideo, Uruguay. It showed the aesthetics of these African cults which arrived to America with the African slaves. Juan Batalla is the promoter of the investigation of this phenomenon. He works in an interdisciplinary way as a perfect combination of anthropological, sociological, religious and artistic studies, among others. He is inspired by the Warburg's Institute method based on the idea of the multidisciplinary as the foundation for the understanding of social groups. In this project we find the interaction of literature - ‘Owners of the Crossroad' was first presented as a book of images and texts by authors from Argentina, Brazil and Uruguay representing diverse disciplines. An art exhibition which started in Uruguay, followed by the Rojas Cultural Centre in August in Buenos Aires and finally ending in Sao Paolo, Brazil. The visual arts exhibition is identical to the collection of images showed in the book but with the inclusion of installations and site specific works specially created to be exhibited for the first time.
It isn't easy to approach these kinds of issues. Imagery of these characteristics is systematically related to the ideas of marginality and the occult. At this point, my personal impression reflected an internal fight as I was trying to assimilate and recognize in these works an expressive medium which is aesthetically as valuable and rich as those used by the occidental culture. These are images related to rituals and religion and they assume a pagan perspective. They recover things which monotheist religions condemn like polytheism and paganism. They free the faithful of all fears of living in this world, of becoming the protagonists of their lives. The African cults of Exú and Pomba Gira are liberating cults; nevertheless the followers assume a compromise. They consider each invocation or request to the gods has consequences. The presence of good and evil always manifest themselves in equal proportions.
As already mentioned Exú (male) and Pomba Gira (female) are spiritual entities of African cults. It is curious to find out, that despite all attempts to disqualify and silence them, nothing could stop these cults from getting stronger and growing in the suburbs of the most important cities of Argentina and Uruguay. These are spirits related to irony, sex and transgression. Exú is usually identified and represented with keys, dogs and demons. Pomba Gira relates to beauty, sensuality, perfumes and jewels, among others. Exú's cult arrived to America with the African slaves and was transformed in such a way that it generated a parallel cult: the Kimbanda. And where every other religion - except the Jewish and especially the catholic faith - found an image for each saint and god, by a syncretic phenomenon Exú and Pomba Gira assume the place of the devils. African divinities adopted Christian saints as alter-egos and subverted the relation: the African followers of the Umbanda managed to hide their gods under the appearance of Christian saints, like pre-Columbus civilizations did when they were forced to accept the imposition of imagery brought from Europe to the American continent. Pomba Gira and Exú are irreverent spirits; Pomba Gira is the spirit of a prostitute, a woman who knows the world and the power of the night, capable of seducing and dominating men, interested in lust, money and all kinds of pleasure. Exú is a marginal and bandit spirit that could seem trustable but he's tricky and astute as a fox. But they are far from the satanic demons that we were taught in catholic schools, on the contrary, they seek men's fulfillment here and now, in this life.
The main importance of this exhibition at the Blanes Museum, expressed and represented by Uruguayan and Argentine artists, lies in the role played by Exú: a divinity that highlights the pantheon of African-Latin gods, spreading out his many faces and contradictory personality. Simultaneously he is identified as a spirit and also as ‘orixá' or divinity. The subtle purpose would be to express in a clear and conclusive way, the enormous complexity and richness found in arts that derivate from a contemporary theology which gets stronger and even harder to ignore as we speak.
The cult made a long journey and was nurtured along the way by different cultural influences which, once in Uruguay and Argentina, gained a new meaning: from Africa to Cuba, Haiti, Bahia (Brazil) and from there to the rest of America and all over Brazil; finally from Porto Alegre to Buenos Aires and Montevideo. The 20th century is the context where this fantastic cultural and ideological contamination took place, carrying within the African cults an enormous amount of artistic expressions: the rituals embrace dance, music, exotic foods, performances and theatrical customs. These are popular gods, close to the people and accessible. To study these cults brings us closer to what the big masses think: their ideas, necessities, nostalgia's, sufferings and desires.
ART
Juan Batalla, Argentine, visual artist, co-director of the Arte Brujo Editorial, curator of the exhibition and student of the African cults, is in charge of outlining the perspective of the exhibition. The photographs by the Argentine photographer Guillermo Srodek Hart are the witnesses, a window that allows us to participate in the majestic presence of the Kimbanda altars in Montevideo and Buenos Aires. These aren't 35mm or digital photographs; the idea was to use large format cameras which allow penetrating and capturing, in all its magnitude, the installations built by the cult followers. Presented as diptychs and even triptychs, they reconstruct the space where the altars are placed and at the same time disassociate them from their religious environment while becoming new works of art. Other contemporary artists from Uruguay and Argentina committed to this proposal, each one with their own formal and aesthetic point of view. Some of them related to the ritual and religious side and others lived the experience as a cultural event. The Argentine visual artist Dany Barreto, also co-director of the Arte Brujo Editorial, put together an installation of small flags, recreating an Umbanda temple, and centered the attention to a characteristic symbol representative of Exú: a dog. ‘The Murciélaga' (translation would be ‘The bat' but female) - name of the black dog, loyal companion of the artist and protagonist of many of his works - appears as an Exú in one of the multiple roles of this divinity. The paradigmatic Argentine artist Leon Ferrari, nowadays creating, once more, a big debate around his art works which the MOMA of New York recently acquired, showed a controversial piece where Exú's icons were compared to demons, acting as the counterpart of Christian saints. Guillermo Zabaleta, Uruguayan, performed an installation with flags burnt with powder, creating ritual signs all over the room; a video completed his work. Melina Scumburdis, also from Argentina, made also an installation using another symbolic element which represents Exú: keys.
Diverse contemporary artistic visions came together in discovering and showing the richness and beauty of this culture, a beauty - literally - hiding from the public eye. We can no longer ignore the presence of a culture whose kingdom is in the peripheries. As curator Batalla said, "the penetration of the African cults is part of a collective construction; there's no Pope, no authority who determines where things should lead to. Religion fluctuates, moves and recreates permanently through a very rich mythology, mostly unexplored".
I would like to finish my text quoting Pai Milton Acosta - an important priest of the Umbanda cult in the region of the Rio de la Plata - when he had to talk about ‘Owners of the Crossroad'. It's a description I find similar to the assimilation process I had to go through while approaching these themes. After an initial rejection caused by the unknown, I'm glad to discover a strong feeling of desire for knowledge, understanding and assuming ‘the other' and its thoughts as another perspective as valid as any other, has prevailed in me. This means recognizing the diversity and empowering it with the entity it deserves, not only in the field of rituals but also where those expressions combine with art and religion. So, quoting Milton Acosta, "... Exú and Pombo Gira were shown at the Blanes Museum in such a way that suggests that the artists were gifted with a non prejudiced point of view. It resulted in an outrageous work of art, rich and subversive. Perhaps an open bridge for a society that is full of fears when it comes to face the unknown, and doesn't dare to make choices".
Maria Carolina BAULO
is an Argentine art writer and worked as art critic on the exhibition. She has a Master's Degree in History of Art, with studies in Cinematography, Photography and Theatre.
‘Owners of the Crossroad' was shown in the Museo Municipal de Bellas Artes Juan Manuel Blanes - Montevideo - Uruguay, April 28th - June 5th 2009, www.montevideo.gub.uy/museoblanes.
And In the Centro Cultural Ricardo Rojas- Buenos Aires - Argentina, August 6th - 30th, www.rojas.uba.ar. It will be shown again in 2010 in Sao Paolo, Brazil.
The role images played since the beginning of times is related not only to the concept we use to refer to as art, but also to the ritual, the devotional and the religious. In fact, what we call the contemporary art, also questions the parameters which determine what could or couldn’t be included in the category of art. But to question a category, paradigm, concept or validation criteria, first it should be recognized as a cultural structure developed in a certain moment in a certain social group. Of course, usually the criteria and the categories of the dominant groups prevail – not necessarily in a pacific way – over the rest of the sensitive expressions, including the production of images.
The will to express thoughts and feelings is inherent to the essence of men. Images would operate as a wonderful tool to create a solid ideology. In the Middle Ages images were the bible for the illiterate. The educated would take advantage of it to reach the masses and introduce them to the holy church’s doctrine. But any ‘artistic’ expression which dared to question the fundaments of the catholic religion, would be eclipsed by the power of the church. A church that wasn’t just concentrated in legitimizing the Christian message but also to silence, repress, hide and disqualify any alternative to that ‘official’ version of reality. Nevertheless, clandestinity, resistance to subjugation and the imposition of ways of thinking always existed. But the burden of centuries of discredit and the usage of labels such as dark, evil and sinister (just remember the porticos of the Romanic or Gothic churches where all the ‘good’ was at the right of Jesus and the ‘sinister’ was at the left), would make the assimilation of those other narratives difficult. It is then necessary to keep an open mind and be prepared to question how our validation criteria where created and by whom. My personal experience with the Exú and Pomba Gira cults is a perfect example of this internal battle.
From April 28th until June 8th, 2009 the visual arts exhibition ‘Owners of the Crossroad, aesthetics of Exú and Pomba Gira in the Rio de la Plata’ ran at the Blanes Museum in Montevideo, Uruguay showing the aesthetics of these African cults which arrived to America with the African slaves. Juan Batalla is the promoter of the investigation of this phenomenon. He works in an interdisciplinary way as a perfect combination of anthropological, sociological, religious and artistic studies, among others. He is inspired by the Warburg´s Institute method based on the idea of the multidisciplinary as the fundament for the understanding of social groups. Here we find the interaction of literature - ‘Owners of the Crossroad’ was first presented as a book of images and texts by authors from Argentina, Brazil and Uruguay representing diverse disciplines -, and an art exhibition which started in Uruguay, followed by the Rojas Cultural Centre in August in Buenos Aires and finally ending in Sao Paolo, Brazil. The visual arts exhibition is identical to the collection of images showed in the book but with the inclusion of installations and site specific works specially created to be exhibited for the first time.
It isn’t easy to approach these kinds of issues. Imagery of these characteristics is systematically related with the ideas of marginality and the occult. At this point, my personal impression reflected an internal fight when trying to assimilate and recognize in these works an expressive medium as aesthetically valuable and rich as those used by the occidental culture. These are images related to rituality and religion and which assume a pagan perspective. They recover the main things which monotheist religions condemn like polytheism and paganism. They free the faithful of all fears of living in this world, of becoming the protagonists of their lives. Joy and delight are allowed, they encourage men to let the course of life flow without expecting any compensation in another life for the sacrifices made in this one. The faithful doesn’t trade his soul for miracles, instead he should offer a gift showing his respect and gratitude, and there’s not just one omnipresent and all mighty god but several popular divinities, close to the people, which perform actions in specifically well determined areas. This might be one of the reasons to explain why the influence of these cults is expanding so fast. The African cults of Exú and Pomba Gira are liberating cults; nevertheless the followers assume a compromise. They consider each invocation or request to the gods has consequences. The presence of good and evil always manifests in equal proportions.
As already mentioned Exú (male) and Pomba Gira (female) are spiritual entities of African cults. It is curious to find out, that despite all attempts to disqualify and silence them, nothing could stop the cults from getting stronger and growing in the suburbs of the most important cities of Argentina and Uruguay. These are spirits related to irony, sex and transgression. Exú is usually identified and represented with keys, dogs and demons. Pomba Gira relates with beauty, sensuality, perfumes and jewels, among others. Exú´s cult arrived to America with the African slaves and transformed in such a way that it generated a parallel cult: the Kimbanda. And where every other religion - except the Jewish - and especially the catholic faith – found an image for each saint and god, the syncretic phenomenon made Exú and Pomba Gira assume the place of the devils. African divinities adopted Christian saints as alter-egos and subverted the relation: the African followers of the Umbanda managed to hide their gods under the appearance of Christian saints, like pre-Columbus civilizations did when they were forced to accept the imposition of imagery brought from Europe to the American continent. Pomba Gira and Exú are irreverent spirits; Pomba Gira is the spirit of a prostitute, a woman who knows the world and the power of the night, capable of seducing and dominating men, interested in lust, money and all kinds of pleasure. Exú is a marginal and bandit spirit that could seem trustable but he’s tricky and astute as a fox. But they are far from the satanic demons that we were taught in catholic schools, on the contrary, they seek men’s fulfilment here and now, in this life.
The main importance of this exhibition at the Blanes Museum, expressed and represented by Uruguayan and Argentine artists, lies in the role played by Exú: a divinity that highlights the pantheon of African-Latin gods, spreading out his many faces and contradictory personality. Simultaneously he is identified as a spirit and also as ‘orixá’ or divinity. The subtle purpose would be to express in a clear and conclusive way, the enormous complexity and richness found in arts that derivate from a contemporary theology which gets stronger and even harder to ignore as we speak.
The cult made a long journey and was nurtured along the way by different cultural influences which, once in Uruguay and Argentina, gained a new meaning: from Africa to Cuba, Haiti, Bahia (Brazil) and from there to the rest of America and all over Brazil; finally from Porto Alegre to Buenos Aires and Montevideo. The 20th century is the context where this fantastic cultural and ideological contamination took place, carrying within the African cults an enormous amount of artistic expressions: rituals embrace dance, music, exotic foods, performances and theatrical customs. And talking about popular gods, close to the people and accessible, to study these cults bring us closer to what the big masses think: their ideas, necessities, nostalgia's, sufferings and desires. Far form any ethic or moral code imposed by the occidental tradition. These are divinities that appear close to human sensibility because of the personal experiences they had to overcome. They seem to understand the passion of their followers so they become trustable by those who invocate them.
Juan Batalla, Argentine, visual artist, co-director of the Arte Brujo Editorial, curator of the exhibition and student of the African cults, is in charge of outlining the perspective of the exhibition. The photographs by the argentine photographer Guillermo Srodek Hart are the witnesses, a window that allows us to participate in the majestic presence of the Kimbanda altars in Montevideo and Buenos Aires. These aren’t 35mm or digital photographs; the idea was to use large format cameras which allow penetrating and capturing, in all its magnitude, these installations built by the cult followers. Presented as diptychs and even triptychs, they reconstruct the space where the altars are placed and at the same time disassociate them from their religious environment while becoming new works of art. Other contemporary artists from Uruguay and Argentina committed to this proposal, each one with their own formal and aesthetic point of view. Some of them related to the ritual and religious side and others lived the experience as a cultural event. The Argentinean visual artist Dany Barreto also co-director of the Arte Brujo Editorial, put together an installation of small flags, recreating an Umbanda temple, and centred the attention to a characteristic symbol representative of Exú: a dog. ‘The Murciélaga’ (translation would be ‘The bat’ but female) – name of the black dog, loyal companion of the artist and protagonist of many of his works – appears as an Exú in one of the multiple roles of this divinity. The paradigmatic Argentinean artist Leon Ferrari, nowadays creating, once more, a big debate around his art works which the MOMA of New York recently acquired, showed a controversial piece where Exú´s icons were compared to demons, acting as the counterpart of Christian saints. Guillermo Zabaleta, Uruguayan, performed an installation with flags burnt with powder, creating ritual signs all over the room; a video completed his work. Melina Scumburdis, also from Argentina, made also an installation using another symbolic element which represents Exú: keys. Marcelo Bordese, Nora Correas, Ángela López Ruiz, Diego Perrotta, Nico Sara, Gustavo Tabares, Anabel Vanoni y Margaret Whyte, talented and well known artists from these two countries also participated of the exhibition.
Diverse contemporary artistic visions came together in discovering and showing the richness and beauty of this culture, a beauty – literally – hiding from the public eye. We can no longer ignore the presence of a culture whose kingdom is in the peripheries. As curator Batalla said, “the penetration of the African cults is part of a collective construction; there’s no Pope, no authority who determines where things should lead to. Religion fluctuates, moves and recreates permanently through a very rich mythology, mostly unexplored".
I would like to finish my text quoting Pai Milton Acosta - an important priest of the Umbanda cult in the region of the Rio de la Plata - when he had to talk about ‘Owners of the Crossroad’. It’s a description I find similar to the assimilation process I had to go through while approaching these themes. After an initial rejection caused by the unknown, I’m glad to discover a strong feeling of desire for knowledge, understanding and assuming ‘the other’ and its thoughts as another perspective as valid as any other, has prevailed in me. This means recognizing the diversity and empowering it with the entity it deserves, not only in the field of rituality but also where those expressions combine with art and religion. So, quoting Milton Acosta, “… Exú and Pomba Gira were shown at the Blanes Museum in such a way that suggests that the artists were gifted with a non prejudiced point of view. It resulted in an outrageous work of art, rich and subversive. Perhaps an open bridge for a society that is full of fears when it comes to face the unknown, and doesn’t dare to make choices”
POSTED BY MARIA CAROLINA BAULO AT 3:14 AM 0 COMMENTS
TUESDAY, SEPTEMBER 15, 2009
Dueños de la Encrucijada
Dueños de la Encrucijada, estéticas de Exú y Pomba Gira en el Río de la Plata
Por María Carolina Baulo
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El rol que han desempeñado las imágenes a lo largo de la historia de la humanidad se relaciona, no solo con concepto de arte que conocemos actualmente, sino con lo ritual, lo devocional, lo religioso. A decir verdad, el arte que damos en llamar contemporáneo, también cuestiona los parámetros que definen aquello que puede o no ser incluido en la categoría artística; pero para cuestionar una categoría, un paradigma, un concepto o un criterio de validación, primero hay que reconocerlo como tal siendo portador de una formación cultural propia de un grupo social en un momento determinado. Y son, invariablemente, los criterios y las categorías de los grupos dominantes los que se imponen - no necesariamente de forma pacífica - sobre el resto de las expresiones sensibles dentro de las cuales se ubica la producción de imaginería. La voluntad de expresar lo que se piensa y se siente es una necesidad que se presenta inherente al hombre; la representación ha servido como vehículo de materialización de miles de puntos de vista culturales claramente distintos, conviviendo en las mismas épocas y dando fe de la existencia de creencias tan antagónicas como complementarias. Si hacemos un corte sincrónico y tomamos, por ejemplo, la hegemonía ejercida sobre la producción de imágenes en la Edad Media, notamos la supremacía de la imaginería religiosa relativa a los relatos bíblicos y los santos evangelios. Aun sin un concepto de artista como se desarrollará a posteriori con el Renacimiento, los poseedores anónimos del techné eran los encargados de traducir en obras, un mensaje cuyo eje se centraba en el discurso letrado de los exegetas de la Biblia. En este contexto, cualquier expresión “artística” que cuestionara los fundamentos de una religión que buscaba afianzar sus raíces en un nuevo mundo que la había visto salir triunfante tras convertir al gran emperador romano Constantino, sería opacada por el poder que empieza a cobrar la iglesia desde entonces. Poder que no solamente se concentro en legitimar ese mensaje cristiano que se suponía vinculado al amor por el prójimo, la compasión, la redención, el perdón, la austeridad sino que utilizó todo medio a su alcance para silenciar, reprimir, ocultar y descalificar toda alternativa a esa lectura “oficial” de la realidad que se buscaba dar. Mensaje que aterrorizó a sus súbditos infundiéndoles culpa, vergüenza y la constante idea del pecado ligado a las pasiones carnales y extensivo al pensamiento sacrílego. La imaginería sería una maravillosa herramienta para construir una ideología sólida; las imágenes serían La Biblia de los iletrados y los letrados aprovecharían al máximo su llegada a las masas para “educarlas” en la doctrina de la santa iglesia. No hace falta aclarar que el mensaje cristiano, en su esencia, se encuentra muy lejos de estos usos y abusos, interpretaciones y sobreinterpretaciones que llevaron a distorsionar un compromiso de ecumenicidad y convertirlo en un campo de lucha tan sangriento, sino más, que la propia arena donde una vez los propios cristianos perecieron. Hubo quienes lucharon por sostener una mirada comprometida, San Francisco sin ir más lejos, pero los resultados dejan a la vista que no fue el camino de las mayorías. Sin embargo, desde la clandestinidad, siempre existió la resistencia al sometimiento y a la imposición de las formas de pensar. Así es como se han logrado conservar y trasmitir otras formas de pensamiento igualmente válidas y legítimas. Sucede que los años pesan y aquello que durante siglos se ha rotulado como oscuro, maligno, siniestro (vasta recordar los portales de las iglesias Románicas o Góticas donde todo lo “bueno” se encuentra a la diestra de Cristo y lo “siniestro” a su izquierda), portador de un relato contestatario, será entonces conflictivamente digerido por la gente, siendo necesaria una mente abierta que se permita cuestionarse cómo nuestros propios criterios de validación y de verdad han sido construidos y por quienes. Mi experiencia personal sería un claro ejemplo de esta batalla interna.
Desde el 28 de abril al 8 de Junio de 2009, en el Museo Blanes de Montevideo, Uruguay se desarrolla “Dueños de la Encrucijada, estéticas de Exú y Pomba Gira en el Río de la Plata”, una exhibición de artes visuales que nos acerca a las estéticas del culto africanista. Juan Batalla es el promotor de esta investigación del fenómeno, tomando como punto de partida lo interdisciplinario, una perfecta combinación de estudios antropológicos, sociológicos, religiosos y artísticos, entre otros. Tal el modelo de la Escuela de Warburg que planteaba lo multidisciplinario como base para el entendimiento de los fenómenos que suceden y afectan a los grupos sociales, aquí se pone en juego lo literario, siendo plasmado en un libro de imágenes y textos de autores provenientes de distintos campos del saber tanto de Argentina, Brasil como de Uruguay y por otro lado una muestra de arte que se inaugura en el Museo Blanes para luego ser llevada a Buenos Aires al Centro Cultural Rojas y más tarde terminar en San Pablo, Brasil. La exhibición de artes visuales se presenta como una síntesis, un muestrario de aquellas imágenes que aparecen reproducidas en el libro, a las cuales se les suman instalaciones y recreaciones que encuentran en esta ocasión su primera oportunidad de lucirse.
Estructurar un acercamiento a estos temas no resulta sencillo. Estamos frente a un tipo de imaginería que, sistemáticamente, ha sido relegada al campo de lo oculto, lo oscuro y lo marginal. Es entonces cuando mi experiencia personal se muestra como evidencia de una operación de lucha interna por incorporar y reconocer en este tipo de trabajos una vía expresiva tan rica y estéticamente valiosa como aquellas que la cultura occidental ha posicionado triunfantes. Imágenes que remiten al rito y la religión, tal como las cristianas, pero desde una perspectiva pagana. Recuperan aquello primordial que las religiones monoteístas han condenado tanto como lo hicieran con el politeísmo o el paganismo: liberan al fiel del terror a vivir en el aquí y ahora, de ser protagonistas de su historia, de gozar y dejar fluir sin esperar una premiación en otra vida por sus privaciones en esta. Tampoco se le pide al fiel su alma a cambio de milagros sino una simple ofrenda que demuestre su respeto y agradecimiento y no se lo mide con un dios omnipresente y todopoderoso sino con divinidades populares, cercanas, cuyo campo de acción estaría claramente determinado. Y quizás estas serían algunas de las cualidades que explican su creciente influencia. El culto africanista de Exú y Pomba Gira es un culto liberador, sin embargo el fiel asume un compromiso y según los devotos, cada pedido e invocación que se hace a las divinidades, tiene sus consecuencias; el bien y el mal están siempre presentes en partes iguales.
Ya se adelantó que Exú (macho) y Pomba Gira (hembra) son entidades espirituales celebradas en los cultos africanos. Curiosamente, a pesar del incansable operativo que buscó y busca descalificarlo y silenciarlo, el culto sigue creciendo en los suburbios de las ciudades más importantes de Argentina y Uruguay. Espíritus vinculados a lo irónico, el sexo, lo trasgresor; a Exú se lo puede ver representado e identificado con llaves, el perro, los demonios, y Pomba Gira está vinculada con la belleza, la sensualidad, las telas sedosas, los perfumes, las joyas, entre otros. El culto a Exú llega a América con los esclavos africanos y sufre tal alteración en su personificación, que logra generar un culto paralelo: la kimbanda. Y si en cada religión, exceptuando la judía pero especialmente en la católica, cada santo y cada dios ha encontrado una imagen representativa de su figura, el fenómeno del sincretismo hizo que Exú y Pomba Gira tomaran el lugar de los diablos; las entidades africanas adoptaron santos cristiano como alter-egos e invirtieron la relación establecida en el gusto católico por las imágenes: los africanistas ocultaron sus deidades bajo la apariencia de deidades cristianas, tal como lo hicieran las civilizaciones precolombinas ante la imposición de las imágenes de culto traídas de Europa al continente Americano. Es cierto que las Pomba Giras y los Exús, son espíritus irreverentes; Pomba Gira es el espíritu de una prostituta, una mujer de mundo y de la noche, capaz de seducir y dominar a los hombres, amante del lujo, del dinero y de toda suerte de placeres. A su vez, los Exús son espíritus de bandidos y marginales que pueden mostrarse confiables pero siempre guardan una cuota de picardía y la astucia propia del zorro. Pero lejos estamos de los demonios satánicos que nos enseñaron son los destructores del hombre, sino todo lo contrario: el énfasis se pone en la realización del hombre pero en esta vida. La clave de esta exhibición en el Museo Blanes, donde lo que se presenta fundamentalmente es el arte de uruguayos y argentinos, yace en el papel que desempeña Exú, destacado dentro del panteón de deidades afro latinas, desplegando su núcleo multifacético y contradictorio, en su identificación como espíritu pero también como orixá o deidad. La idea central que subyace sería exponer de forma clara y contundente, la enorme complejidad y la riqueza que comprometen las artes derivadas de una teología contemporánea que cada vez cuesta más ignorar
El camino que ha recorrido el culto es extenso y en su viaje fue nutriéndose de distintas influencias culturales que lograron resignificarse en Uruguay y Argentina: partiendo de África hacia Cuba, Haití, Bahía (Brasil) y desde allí al resto de América y posterior expansión por el Brasil; finalmente desde Porto Alegre hacia Buenos Aires y Montevideo. El siglo XX es el marco donde se desarrolla este fantástico movimiento y contaminación cultural que encierra, dentro del culto africanista, una enorme cantidad de vías expresivas de lo artístico: los rituales se componen de danzas, música, comidas exóticas y vestimentas histriónicas. Y si hablamos de dioses populares, cercanos a la gente, accesibles, el estudio de sus cultos nos acerca a los pensamientos, ideas, necesidades, nostalgias, sufrimientos y deseos de grandes grupos de la población, muy alejadas de los códigos ético morales impuestos por la tradición cristiana occidental. Son entidades que se suelen reconocer parecidas a los seres humanos, los avatares de sus vidas los hace conocedores de las relaciones y pasiones de sus devotos y eso los acredita con el poder para acudir en ayuda de quienes depositan en ellos su confianza para aplacar sus angustias.
Juan Batalla, argentino, artista visual, co-director de la Editorial Arte Brujo y curador de la muestra y estudioso de los cultos africanistas, es el encargado de plantear la perspectiva que se elige tomar para armar el relato: las fotografías de altares del fotógrafo argentino Guillermo Srodek Hart se convierten en los ojos testigos, una ventana que nos hace presenciar, en toda su plenitud, la imponencia de los altares de kimbanda en Montevideo y Buenos Aires. No son fotografías 35mm ni de cámaras digitales sino que se busca sacar el máximo provecho que brinda el uso de la cámara formato grande, permitiendo penetrar en las instalaciones construidas por los religiosos y presentar las imágenes en forma de dípticos y hasta trípticos que reconstruyen un espacio en tamaño casi real al tiempo que lo sustraen de su ámbito madre, el religioso, para presentarlo como una obra de arte. También otros artistas contemporáneos, tanto del Uruguay como de Argentina, se comprometen con el abordaje de estos temas desde sus distintos puntos de vista, elecciones estéticas y formales; están aquellos que se vinculan con el aspecto ritual y religioso y quienes lo viven y trasmiten como evidencia de un hecho cultural. El artista visual Dany Barreto, argentino, co-director de la Editorial Arte Brujo, presenta una instalación de banderines recreando un templo umbanda y centra la atención en un símbolo característico de Exú: el perro. Pero lo curioso en este caso, es que “La Murciélaga” – nombre de la perra negra, fiel compañera del artista y protagonista de muchas de sus obras – se presenta como un Exú, desplegando así una de las tantas caras que puede asumir el dios. La obra del paradigmático artista argentino León Ferrari, hoy día causando una vez más, grandes debates alrededor de sus obras recientemente adquiridas por el MOMA de New York, presenta un polémico trabajo donde utiliza los íconos de Exús como demonios, para confrontarlos con los santos cristianos. Guillermo Zabaleta, uruguayo, realiza una instalación de banderas quemadas con pólvora para formar signos rituales y la acompaña con un video. Melina Scumburdis, también argentina, presenta una instalación de llaves refiriendo así a otro de los característicos símbolos de Exú. También participan artistas como Marcelo Bordese, Nora Correas, Ángela López Ruiz, Diego Perrotta, Nico Sara, Gustavo Tabares, Anabel Vanoni y Margaret Whyte. Artistas contemporáneos, comprometidos con la idea de descubrir y mostrar la riqueza y la belleza, ciertamente diferente pero belleza al fin, que se esconde – literalmente – a la vista del público alejado del arte ritual. Y como ya se ha dejado inferir anteriormente, esconder no es destruir y muy a pesar del poder de la ignorancia y el desconocimiento, estamos en presencia de una cultura que se retroalimenta y crece a cada momento desde las periferias. Para Batalla, “la penetración del culto africanista tiene que ver con una construcción colectiva, no hay un Papa, ninguna autoridad que dictamine hacia donde siguen las cosas. La religión va fluctuando, se va moviendo y creando de manera permanente, a través de una mitología poco recorrida y muy rica".
Quisiera cerrar mi texto citando la acertadísima frase del Pai Milton Acosta, cuando le tocó referirse a “Dueños de la Encrucijada”, la cual encuentro afín al trabajo que personalmente tuve que hacer para acercarme al abordaje de este texto. Habiendo partido del rechazo inicial que me provocara lo desconocido, me gratifica descubrir que tras haber pasado por distintas etapas he llegado a la instancia donde el deseo por conocer, comprender y asumir al otro y sus pensamientos como una posibilidad tan válida como cualquier otro discurso, ha prevalecido. Ello implica nada más ni nada menos que reconocer las diferencias y darles la entidad que les pertenecen y que supieron ganarse tanto dentro del plano ritual como en el campo de las expresiones que combinan lo artístico con lo religioso. Citando entonces a Milton Acosta, “… Eshu y Pombo Gira se han instalado en el Museo Blanes por medio de aquello que sugieren a aquellos artistas que dotados de visión desprejuiciada, han podido encontrarles en una obra desenfadada, riquísima y subversiva. Tal vez, un puente abierto para una sociedad plagada de temores ante lo desconocido y que no osa hacer sus elecciones”.
AESTHETICS OF EXÚ AND POMBA GIRA IN THE RIO DE LA PLATA: OWNERS OF THE CROSSROAD
by Maria Carolina Baulo
Earlier this year the visual arts exhibition ‘Owners of the Crossroad, aesthetics of Exú and Pomba Gira in the Rio de la Plata' opened in Montevideo, Uruguay before moving to Buenos Aires and in 2010 to Sao Paolo. It deals with the aesthetics of Exú and Pomba Gira, African cults which arrived to America with the African slaves and gained popularity in Latin-America and showed the response of contemporary artists to these popular cults.
The role images played since the beginning of times is related not only to the concept we use to refer to as art, but also to the ritual, the devotional and the religious. In fact, what we call the contemporary art, also questions the parameters which determine what could or couldn't be included in the category of art. But to question a category, paradigm, concept or validation criteria, first it should be recognized as a cultural structure developed in a certain moment in a certain social group. Of course, usually the criteria and the categories of the dominant groups prevail - not necessarily in a pacific way - over the rest of the sensitive expressions, including the production of images.
The will to express thoughts and feelings is inherent to the essence of men. Images can operate as a wonderful tool to create a solid ideology. In the Middle Ages images were the bible for the illiterate. The educated would take advantage of it to reach the masses and introduce them to the holy church's doctrine. But any ‘artistic' expression which dared to question the fundamentals of the catholic religion would be eclipsed by the power of the church. A church that didn't just concentrate on legitimizing the Christian message but also on silencing, repressing, hiding and disqualifying any alternative to that ‘official' version of reality. Nevertheless, clandestine resistance to subjugation and to the imposition of ways of thinking always existed. But the burden of centuries of discredit and the usage of labels such as dark, evil and sinister (just remember the porticos of the Romanic or Gothic churches where all the ‘good' was at the right of Jesus and the ‘sinister' was at the left), would make the assimilation of those other narratives difficult. It is then necessary to keep an open mind and be prepared to question how our validation criteria where created and by whom. My personal experience with the Exú and Pomba Gira cults is a perfect example of this internal battle.
RITUAL
Last spring the visual arts exhibition ‘Owners of the Crossroad, aesthetics of Exú and Pomba Gira in the Rio de la Plata' ran at the Blanes Museum in Montevideo, Uruguay. It showed the aesthetics of these African cults which arrived to America with the African slaves. Juan Batalla is the promoter of the investigation of this phenomenon. He works in an interdisciplinary way as a perfect combination of anthropological, sociological, religious and artistic studies, among others. He is inspired by the Warburg's Institute method based on the idea of the multidisciplinary as the foundation for the understanding of social groups. In this project we find the interaction of literature - ‘Owners of the Crossroad' was first presented as a book of images and texts by authors from Argentina, Brazil and Uruguay representing diverse disciplines. An art exhibition which started in Uruguay, followed by the Rojas Cultural Centre in August in Buenos Aires and finally ending in Sao Paolo, Brazil. The visual arts exhibition is identical to the collection of images showed in the book but with the inclusion of installations and site specific works specially created to be exhibited for the first time.
It isn't easy to approach these kinds of issues. Imagery of these characteristics is systematically related to the ideas of marginality and the occult. At this point, my personal impression reflected an internal fight as I was trying to assimilate and recognize in these works an expressive medium which is aesthetically as valuable and rich as those used by the occidental culture. These are images related to rituals and religion and they assume a pagan perspective. They recover things which monotheist religions condemn like polytheism and paganism. They free the faithful of all fears of living in this world, of becoming the protagonists of their lives. The African cults of Exú and Pomba Gira are liberating cults; nevertheless the followers assume a compromise. They consider each invocation or request to the gods has consequences. The presence of good and evil always manifest themselves in equal proportions.
As already mentioned Exú (male) and Pomba Gira (female) are spiritual entities of African cults. It is curious to find out, that despite all attempts to disqualify and silence them, nothing could stop these cults from getting stronger and growing in the suburbs of the most important cities of Argentina and Uruguay. These are spirits related to irony, sex and transgression. Exú is usually identified and represented with keys, dogs and demons. Pomba Gira relates to beauty, sensuality, perfumes and jewels, among others. Exú's cult arrived to America with the African slaves and was transformed in such a way that it generated a parallel cult: the Kimbanda. And where every other religion - except the Jewish and especially the catholic faith - found an image for each saint and god, by a syncretic phenomenon Exú and Pomba Gira assume the place of the devils. African divinities adopted Christian saints as alter-egos and subverted the relation: the African followers of the Umbanda managed to hide their gods under the appearance of Christian saints, like pre-Columbus civilizations did when they were forced to accept the imposition of imagery brought from Europe to the American continent. Pomba Gira and Exú are irreverent spirits; Pomba Gira is the spirit of a prostitute, a woman who knows the world and the power of the night, capable of seducing and dominating men, interested in lust, money and all kinds of pleasure. Exú is a marginal and bandit spirit that could seem trustable but he's tricky and astute as a fox. But they are far from the satanic demons that we were taught in catholic schools, on the contrary, they seek men's fulfillment here and now, in this life.
The main importance of this exhibition at the Blanes Museum, expressed and represented by Uruguayan and Argentine artists, lies in the role played by Exú: a divinity that highlights the pantheon of African-Latin gods, spreading out his many faces and contradictory personality. Simultaneously he is identified as a spirit and also as ‘orixá' or divinity. The subtle purpose would be to express in a clear and conclusive way, the enormous complexity and richness found in arts that derivate from a contemporary theology which gets stronger and even harder to ignore as we speak.
The cult made a long journey and was nurtured along the way by different cultural influences which, once in Uruguay and Argentina, gained a new meaning: from Africa to Cuba, Haiti, Bahia (Brazil) and from there to the rest of America and all over Brazil; finally from Porto Alegre to Buenos Aires and Montevideo. The 20th century is the context where this fantastic cultural and ideological contamination took place, carrying within the African cults an enormous amount of artistic expressions: the rituals embrace dance, music, exotic foods, performances and theatrical customs. These are popular gods, close to the people and accessible. To study these cults brings us closer to what the big masses think: their ideas, necessities, nostalgia's, sufferings and desires.
ART
Juan Batalla, Argentine, visual artist, co-director of the Arte Brujo Editorial, curator of the exhibition and student of the African cults, is in charge of outlining the perspective of the exhibition. The photographs by the Argentine photographer Guillermo Srodek Hart are the witnesses, a window that allows us to participate in the majestic presence of the Kimbanda altars in Montevideo and Buenos Aires. These aren't 35mm or digital photographs; the idea was to use large format cameras which allow penetrating and capturing, in all its magnitude, the installations built by the cult followers. Presented as diptychs and even triptychs, they reconstruct the space where the altars are placed and at the same time disassociate them from their religious environment while becoming new works of art. Other contemporary artists from Uruguay and Argentina committed to this proposal, each one with their own formal and aesthetic point of view. Some of them related to the ritual and religious side and others lived the experience as a cultural event. The Argentine visual artist Dany Barreto, also co-director of the Arte Brujo Editorial, put together an installation of small flags, recreating an Umbanda temple, and centered the attention to a characteristic symbol representative of Exú: a dog. ‘The Murciélaga' (translation would be ‘The bat' but female) - name of the black dog, loyal companion of the artist and protagonist of many of his works - appears as an Exú in one of the multiple roles of this divinity. The paradigmatic Argentine artist Leon Ferrari, nowadays creating, once more, a big debate around his art works which the MOMA of New York recently acquired, showed a controversial piece where Exú's icons were compared to demons, acting as the counterpart of Christian saints. Guillermo Zabaleta, Uruguayan, performed an installation with flags burnt with powder, creating ritual signs all over the room; a video completed his work. Melina Scumburdis, also from Argentina, made also an installation using another symbolic element which represents Exú: keys.
Diverse contemporary artistic visions came together in discovering and showing the richness and beauty of this culture, a beauty - literally - hiding from the public eye. We can no longer ignore the presence of a culture whose kingdom is in the peripheries. As curator Batalla said, "the penetration of the African cults is part of a collective construction; there's no Pope, no authority who determines where things should lead to. Religion fluctuates, moves and recreates permanently through a very rich mythology, mostly unexplored".
I would like to finish my text quoting Pai Milton Acosta - an important priest of the Umbanda cult in the region of the Rio de la Plata - when he had to talk about ‘Owners of the Crossroad'. It's a description I find similar to the assimilation process I had to go through while approaching these themes. After an initial rejection caused by the unknown, I'm glad to discover a strong feeling of desire for knowledge, understanding and assuming ‘the other' and its thoughts as another perspective as valid as any other, has prevailed in me. This means recognizing the diversity and empowering it with the entity it deserves, not only in the field of rituals but also where those expressions combine with art and religion. So, quoting Milton Acosta, "... Exú and Pombo Gira were shown at the Blanes Museum in such a way that suggests that the artists were gifted with a non prejudiced point of view. It resulted in an outrageous work of art, rich and subversive. Perhaps an open bridge for a society that is full of fears when it comes to face the unknown, and doesn't dare to make choices".
Maria Carolina BAULO
is an Argentine art writer and worked as art critic on the exhibition. She has a Master's Degree in History of Art, with studies in Cinematography, Photography and Theatre.
‘Owners of the Crossroad' was shown in the Museo Municipal de Bellas Artes Juan Manuel Blanes - Montevideo - Uruguay, April 28th - June 5th 2009, www.montevideo.gub.uy/museoblanes.
And In the Centro Cultural Ricardo Rojas- Buenos Aires - Argentina, August 6th - 30th, www.rojas.uba.ar. It will be shown again in 2010 in Sao Paolo, Brazil.
The role images played since the beginning of times is related not only to the concept we use to refer to as art, but also to the ritual, the devotional and the religious. In fact, what we call the contemporary art, also questions the parameters which determine what could or couldn’t be included in the category of art. But to question a category, paradigm, concept or validation criteria, first it should be recognized as a cultural structure developed in a certain moment in a certain social group. Of course, usually the criteria and the categories of the dominant groups prevail – not necessarily in a pacific way – over the rest of the sensitive expressions, including the production of images.
The will to express thoughts and feelings is inherent to the essence of men. Images would operate as a wonderful tool to create a solid ideology. In the Middle Ages images were the bible for the illiterate. The educated would take advantage of it to reach the masses and introduce them to the holy church’s doctrine. But any ‘artistic’ expression which dared to question the fundaments of the catholic religion, would be eclipsed by the power of the church. A church that wasn’t just concentrated in legitimizing the Christian message but also to silence, repress, hide and disqualify any alternative to that ‘official’ version of reality. Nevertheless, clandestinity, resistance to subjugation and the imposition of ways of thinking always existed. But the burden of centuries of discredit and the usage of labels such as dark, evil and sinister (just remember the porticos of the Romanic or Gothic churches where all the ‘good’ was at the right of Jesus and the ‘sinister’ was at the left), would make the assimilation of those other narratives difficult. It is then necessary to keep an open mind and be prepared to question how our validation criteria where created and by whom. My personal experience with the Exú and Pomba Gira cults is a perfect example of this internal battle.
From April 28th until June 8th, 2009 the visual arts exhibition ‘Owners of the Crossroad, aesthetics of Exú and Pomba Gira in the Rio de la Plata’ ran at the Blanes Museum in Montevideo, Uruguay showing the aesthetics of these African cults which arrived to America with the African slaves. Juan Batalla is the promoter of the investigation of this phenomenon. He works in an interdisciplinary way as a perfect combination of anthropological, sociological, religious and artistic studies, among others. He is inspired by the Warburg´s Institute method based on the idea of the multidisciplinary as the fundament for the understanding of social groups. Here we find the interaction of literature - ‘Owners of the Crossroad’ was first presented as a book of images and texts by authors from Argentina, Brazil and Uruguay representing diverse disciplines -, and an art exhibition which started in Uruguay, followed by the Rojas Cultural Centre in August in Buenos Aires and finally ending in Sao Paolo, Brazil. The visual arts exhibition is identical to the collection of images showed in the book but with the inclusion of installations and site specific works specially created to be exhibited for the first time.
It isn’t easy to approach these kinds of issues. Imagery of these characteristics is systematically related with the ideas of marginality and the occult. At this point, my personal impression reflected an internal fight when trying to assimilate and recognize in these works an expressive medium as aesthetically valuable and rich as those used by the occidental culture. These are images related to rituality and religion and which assume a pagan perspective. They recover the main things which monotheist religions condemn like polytheism and paganism. They free the faithful of all fears of living in this world, of becoming the protagonists of their lives. Joy and delight are allowed, they encourage men to let the course of life flow without expecting any compensation in another life for the sacrifices made in this one. The faithful doesn’t trade his soul for miracles, instead he should offer a gift showing his respect and gratitude, and there’s not just one omnipresent and all mighty god but several popular divinities, close to the people, which perform actions in specifically well determined areas. This might be one of the reasons to explain why the influence of these cults is expanding so fast. The African cults of Exú and Pomba Gira are liberating cults; nevertheless the followers assume a compromise. They consider each invocation or request to the gods has consequences. The presence of good and evil always manifests in equal proportions.
As already mentioned Exú (male) and Pomba Gira (female) are spiritual entities of African cults. It is curious to find out, that despite all attempts to disqualify and silence them, nothing could stop the cults from getting stronger and growing in the suburbs of the most important cities of Argentina and Uruguay. These are spirits related to irony, sex and transgression. Exú is usually identified and represented with keys, dogs and demons. Pomba Gira relates with beauty, sensuality, perfumes and jewels, among others. Exú´s cult arrived to America with the African slaves and transformed in such a way that it generated a parallel cult: the Kimbanda. And where every other religion - except the Jewish - and especially the catholic faith – found an image for each saint and god, the syncretic phenomenon made Exú and Pomba Gira assume the place of the devils. African divinities adopted Christian saints as alter-egos and subverted the relation: the African followers of the Umbanda managed to hide their gods under the appearance of Christian saints, like pre-Columbus civilizations did when they were forced to accept the imposition of imagery brought from Europe to the American continent. Pomba Gira and Exú are irreverent spirits; Pomba Gira is the spirit of a prostitute, a woman who knows the world and the power of the night, capable of seducing and dominating men, interested in lust, money and all kinds of pleasure. Exú is a marginal and bandit spirit that could seem trustable but he’s tricky and astute as a fox. But they are far from the satanic demons that we were taught in catholic schools, on the contrary, they seek men’s fulfilment here and now, in this life.
The main importance of this exhibition at the Blanes Museum, expressed and represented by Uruguayan and Argentine artists, lies in the role played by Exú: a divinity that highlights the pantheon of African-Latin gods, spreading out his many faces and contradictory personality. Simultaneously he is identified as a spirit and also as ‘orixá’ or divinity. The subtle purpose would be to express in a clear and conclusive way, the enormous complexity and richness found in arts that derivate from a contemporary theology which gets stronger and even harder to ignore as we speak.
The cult made a long journey and was nurtured along the way by different cultural influences which, once in Uruguay and Argentina, gained a new meaning: from Africa to Cuba, Haiti, Bahia (Brazil) and from there to the rest of America and all over Brazil; finally from Porto Alegre to Buenos Aires and Montevideo. The 20th century is the context where this fantastic cultural and ideological contamination took place, carrying within the African cults an enormous amount of artistic expressions: rituals embrace dance, music, exotic foods, performances and theatrical customs. And talking about popular gods, close to the people and accessible, to study these cults bring us closer to what the big masses think: their ideas, necessities, nostalgia's, sufferings and desires. Far form any ethic or moral code imposed by the occidental tradition. These are divinities that appear close to human sensibility because of the personal experiences they had to overcome. They seem to understand the passion of their followers so they become trustable by those who invocate them.
Juan Batalla, Argentine, visual artist, co-director of the Arte Brujo Editorial, curator of the exhibition and student of the African cults, is in charge of outlining the perspective of the exhibition. The photographs by the argentine photographer Guillermo Srodek Hart are the witnesses, a window that allows us to participate in the majestic presence of the Kimbanda altars in Montevideo and Buenos Aires. These aren’t 35mm or digital photographs; the idea was to use large format cameras which allow penetrating and capturing, in all its magnitude, these installations built by the cult followers. Presented as diptychs and even triptychs, they reconstruct the space where the altars are placed and at the same time disassociate them from their religious environment while becoming new works of art. Other contemporary artists from Uruguay and Argentina committed to this proposal, each one with their own formal and aesthetic point of view. Some of them related to the ritual and religious side and others lived the experience as a cultural event. The Argentinean visual artist Dany Barreto also co-director of the Arte Brujo Editorial, put together an installation of small flags, recreating an Umbanda temple, and centred the attention to a characteristic symbol representative of Exú: a dog. ‘The Murciélaga’ (translation would be ‘The bat’ but female) – name of the black dog, loyal companion of the artist and protagonist of many of his works – appears as an Exú in one of the multiple roles of this divinity. The paradigmatic Argentinean artist Leon Ferrari, nowadays creating, once more, a big debate around his art works which the MOMA of New York recently acquired, showed a controversial piece where Exú´s icons were compared to demons, acting as the counterpart of Christian saints. Guillermo Zabaleta, Uruguayan, performed an installation with flags burnt with powder, creating ritual signs all over the room; a video completed his work. Melina Scumburdis, also from Argentina, made also an installation using another symbolic element which represents Exú: keys. Marcelo Bordese, Nora Correas, Ángela López Ruiz, Diego Perrotta, Nico Sara, Gustavo Tabares, Anabel Vanoni y Margaret Whyte, talented and well known artists from these two countries also participated of the exhibition.
Diverse contemporary artistic visions came together in discovering and showing the richness and beauty of this culture, a beauty – literally – hiding from the public eye. We can no longer ignore the presence of a culture whose kingdom is in the peripheries. As curator Batalla said, “the penetration of the African cults is part of a collective construction; there’s no Pope, no authority who determines where things should lead to. Religion fluctuates, moves and recreates permanently through a very rich mythology, mostly unexplored".
I would like to finish my text quoting Pai Milton Acosta - an important priest of the Umbanda cult in the region of the Rio de la Plata - when he had to talk about ‘Owners of the Crossroad’. It’s a description I find similar to the assimilation process I had to go through while approaching these themes. After an initial rejection caused by the unknown, I’m glad to discover a strong feeling of desire for knowledge, understanding and assuming ‘the other’ and its thoughts as another perspective as valid as any other, has prevailed in me. This means recognizing the diversity and empowering it with the entity it deserves, not only in the field of rituality but also where those expressions combine with art and religion. So, quoting Milton Acosta, “… Exú and Pomba Gira were shown at the Blanes Museum in such a way that suggests that the artists were gifted with a non prejudiced point of view. It resulted in an outrageous work of art, rich and subversive. Perhaps an open bridge for a society that is full of fears when it comes to face the unknown, and doesn’t dare to make choices”
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TUESDAY, SEPTEMBER 15, 2009
Dueños de la Encrucijada
Dueños de la Encrucijada, estéticas de Exú y Pomba Gira en el Río de la Plata
Por María Carolina Baulo
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El rol que han desempeñado las imágenes a lo largo de la historia de la humanidad se relaciona, no solo con concepto de arte que conocemos actualmente, sino con lo ritual, lo devocional, lo religioso. A decir verdad, el arte que damos en llamar contemporáneo, también cuestiona los parámetros que definen aquello que puede o no ser incluido en la categoría artística; pero para cuestionar una categoría, un paradigma, un concepto o un criterio de validación, primero hay que reconocerlo como tal siendo portador de una formación cultural propia de un grupo social en un momento determinado. Y son, invariablemente, los criterios y las categorías de los grupos dominantes los que se imponen - no necesariamente de forma pacífica - sobre el resto de las expresiones sensibles dentro de las cuales se ubica la producción de imaginería. La voluntad de expresar lo que se piensa y se siente es una necesidad que se presenta inherente al hombre; la representación ha servido como vehículo de materialización de miles de puntos de vista culturales claramente distintos, conviviendo en las mismas épocas y dando fe de la existencia de creencias tan antagónicas como complementarias. Si hacemos un corte sincrónico y tomamos, por ejemplo, la hegemonía ejercida sobre la producción de imágenes en la Edad Media, notamos la supremacía de la imaginería religiosa relativa a los relatos bíblicos y los santos evangelios. Aun sin un concepto de artista como se desarrollará a posteriori con el Renacimiento, los poseedores anónimos del techné eran los encargados de traducir en obras, un mensaje cuyo eje se centraba en el discurso letrado de los exegetas de la Biblia. En este contexto, cualquier expresión “artística” que cuestionara los fundamentos de una religión que buscaba afianzar sus raíces en un nuevo mundo que la había visto salir triunfante tras convertir al gran emperador romano Constantino, sería opacada por el poder que empieza a cobrar la iglesia desde entonces. Poder que no solamente se concentro en legitimar ese mensaje cristiano que se suponía vinculado al amor por el prójimo, la compasión, la redención, el perdón, la austeridad sino que utilizó todo medio a su alcance para silenciar, reprimir, ocultar y descalificar toda alternativa a esa lectura “oficial” de la realidad que se buscaba dar. Mensaje que aterrorizó a sus súbditos infundiéndoles culpa, vergüenza y la constante idea del pecado ligado a las pasiones carnales y extensivo al pensamiento sacrílego. La imaginería sería una maravillosa herramienta para construir una ideología sólida; las imágenes serían La Biblia de los iletrados y los letrados aprovecharían al máximo su llegada a las masas para “educarlas” en la doctrina de la santa iglesia. No hace falta aclarar que el mensaje cristiano, en su esencia, se encuentra muy lejos de estos usos y abusos, interpretaciones y sobreinterpretaciones que llevaron a distorsionar un compromiso de ecumenicidad y convertirlo en un campo de lucha tan sangriento, sino más, que la propia arena donde una vez los propios cristianos perecieron. Hubo quienes lucharon por sostener una mirada comprometida, San Francisco sin ir más lejos, pero los resultados dejan a la vista que no fue el camino de las mayorías. Sin embargo, desde la clandestinidad, siempre existió la resistencia al sometimiento y a la imposición de las formas de pensar. Así es como se han logrado conservar y trasmitir otras formas de pensamiento igualmente válidas y legítimas. Sucede que los años pesan y aquello que durante siglos se ha rotulado como oscuro, maligno, siniestro (vasta recordar los portales de las iglesias Románicas o Góticas donde todo lo “bueno” se encuentra a la diestra de Cristo y lo “siniestro” a su izquierda), portador de un relato contestatario, será entonces conflictivamente digerido por la gente, siendo necesaria una mente abierta que se permita cuestionarse cómo nuestros propios criterios de validación y de verdad han sido construidos y por quienes. Mi experiencia personal sería un claro ejemplo de esta batalla interna.
Desde el 28 de abril al 8 de Junio de 2009, en el Museo Blanes de Montevideo, Uruguay se desarrolla “Dueños de la Encrucijada, estéticas de Exú y Pomba Gira en el Río de la Plata”, una exhibición de artes visuales que nos acerca a las estéticas del culto africanista. Juan Batalla es el promotor de esta investigación del fenómeno, tomando como punto de partida lo interdisciplinario, una perfecta combinación de estudios antropológicos, sociológicos, religiosos y artísticos, entre otros. Tal el modelo de la Escuela de Warburg que planteaba lo multidisciplinario como base para el entendimiento de los fenómenos que suceden y afectan a los grupos sociales, aquí se pone en juego lo literario, siendo plasmado en un libro de imágenes y textos de autores provenientes de distintos campos del saber tanto de Argentina, Brasil como de Uruguay y por otro lado una muestra de arte que se inaugura en el Museo Blanes para luego ser llevada a Buenos Aires al Centro Cultural Rojas y más tarde terminar en San Pablo, Brasil. La exhibición de artes visuales se presenta como una síntesis, un muestrario de aquellas imágenes que aparecen reproducidas en el libro, a las cuales se les suman instalaciones y recreaciones que encuentran en esta ocasión su primera oportunidad de lucirse.
Estructurar un acercamiento a estos temas no resulta sencillo. Estamos frente a un tipo de imaginería que, sistemáticamente, ha sido relegada al campo de lo oculto, lo oscuro y lo marginal. Es entonces cuando mi experiencia personal se muestra como evidencia de una operación de lucha interna por incorporar y reconocer en este tipo de trabajos una vía expresiva tan rica y estéticamente valiosa como aquellas que la cultura occidental ha posicionado triunfantes. Imágenes que remiten al rito y la religión, tal como las cristianas, pero desde una perspectiva pagana. Recuperan aquello primordial que las religiones monoteístas han condenado tanto como lo hicieran con el politeísmo o el paganismo: liberan al fiel del terror a vivir en el aquí y ahora, de ser protagonistas de su historia, de gozar y dejar fluir sin esperar una premiación en otra vida por sus privaciones en esta. Tampoco se le pide al fiel su alma a cambio de milagros sino una simple ofrenda que demuestre su respeto y agradecimiento y no se lo mide con un dios omnipresente y todopoderoso sino con divinidades populares, cercanas, cuyo campo de acción estaría claramente determinado. Y quizás estas serían algunas de las cualidades que explican su creciente influencia. El culto africanista de Exú y Pomba Gira es un culto liberador, sin embargo el fiel asume un compromiso y según los devotos, cada pedido e invocación que se hace a las divinidades, tiene sus consecuencias; el bien y el mal están siempre presentes en partes iguales.
Ya se adelantó que Exú (macho) y Pomba Gira (hembra) son entidades espirituales celebradas en los cultos africanos. Curiosamente, a pesar del incansable operativo que buscó y busca descalificarlo y silenciarlo, el culto sigue creciendo en los suburbios de las ciudades más importantes de Argentina y Uruguay. Espíritus vinculados a lo irónico, el sexo, lo trasgresor; a Exú se lo puede ver representado e identificado con llaves, el perro, los demonios, y Pomba Gira está vinculada con la belleza, la sensualidad, las telas sedosas, los perfumes, las joyas, entre otros. El culto a Exú llega a América con los esclavos africanos y sufre tal alteración en su personificación, que logra generar un culto paralelo: la kimbanda. Y si en cada religión, exceptuando la judía pero especialmente en la católica, cada santo y cada dios ha encontrado una imagen representativa de su figura, el fenómeno del sincretismo hizo que Exú y Pomba Gira tomaran el lugar de los diablos; las entidades africanas adoptaron santos cristiano como alter-egos e invirtieron la relación establecida en el gusto católico por las imágenes: los africanistas ocultaron sus deidades bajo la apariencia de deidades cristianas, tal como lo hicieran las civilizaciones precolombinas ante la imposición de las imágenes de culto traídas de Europa al continente Americano. Es cierto que las Pomba Giras y los Exús, son espíritus irreverentes; Pomba Gira es el espíritu de una prostituta, una mujer de mundo y de la noche, capaz de seducir y dominar a los hombres, amante del lujo, del dinero y de toda suerte de placeres. A su vez, los Exús son espíritus de bandidos y marginales que pueden mostrarse confiables pero siempre guardan una cuota de picardía y la astucia propia del zorro. Pero lejos estamos de los demonios satánicos que nos enseñaron son los destructores del hombre, sino todo lo contrario: el énfasis se pone en la realización del hombre pero en esta vida. La clave de esta exhibición en el Museo Blanes, donde lo que se presenta fundamentalmente es el arte de uruguayos y argentinos, yace en el papel que desempeña Exú, destacado dentro del panteón de deidades afro latinas, desplegando su núcleo multifacético y contradictorio, en su identificación como espíritu pero también como orixá o deidad. La idea central que subyace sería exponer de forma clara y contundente, la enorme complejidad y la riqueza que comprometen las artes derivadas de una teología contemporánea que cada vez cuesta más ignorar
El camino que ha recorrido el culto es extenso y en su viaje fue nutriéndose de distintas influencias culturales que lograron resignificarse en Uruguay y Argentina: partiendo de África hacia Cuba, Haití, Bahía (Brasil) y desde allí al resto de América y posterior expansión por el Brasil; finalmente desde Porto Alegre hacia Buenos Aires y Montevideo. El siglo XX es el marco donde se desarrolla este fantástico movimiento y contaminación cultural que encierra, dentro del culto africanista, una enorme cantidad de vías expresivas de lo artístico: los rituales se componen de danzas, música, comidas exóticas y vestimentas histriónicas. Y si hablamos de dioses populares, cercanos a la gente, accesibles, el estudio de sus cultos nos acerca a los pensamientos, ideas, necesidades, nostalgias, sufrimientos y deseos de grandes grupos de la población, muy alejadas de los códigos ético morales impuestos por la tradición cristiana occidental. Son entidades que se suelen reconocer parecidas a los seres humanos, los avatares de sus vidas los hace conocedores de las relaciones y pasiones de sus devotos y eso los acredita con el poder para acudir en ayuda de quienes depositan en ellos su confianza para aplacar sus angustias.
Juan Batalla, argentino, artista visual, co-director de la Editorial Arte Brujo y curador de la muestra y estudioso de los cultos africanistas, es el encargado de plantear la perspectiva que se elige tomar para armar el relato: las fotografías de altares del fotógrafo argentino Guillermo Srodek Hart se convierten en los ojos testigos, una ventana que nos hace presenciar, en toda su plenitud, la imponencia de los altares de kimbanda en Montevideo y Buenos Aires. No son fotografías 35mm ni de cámaras digitales sino que se busca sacar el máximo provecho que brinda el uso de la cámara formato grande, permitiendo penetrar en las instalaciones construidas por los religiosos y presentar las imágenes en forma de dípticos y hasta trípticos que reconstruyen un espacio en tamaño casi real al tiempo que lo sustraen de su ámbito madre, el religioso, para presentarlo como una obra de arte. También otros artistas contemporáneos, tanto del Uruguay como de Argentina, se comprometen con el abordaje de estos temas desde sus distintos puntos de vista, elecciones estéticas y formales; están aquellos que se vinculan con el aspecto ritual y religioso y quienes lo viven y trasmiten como evidencia de un hecho cultural. El artista visual Dany Barreto, argentino, co-director de la Editorial Arte Brujo, presenta una instalación de banderines recreando un templo umbanda y centra la atención en un símbolo característico de Exú: el perro. Pero lo curioso en este caso, es que “La Murciélaga” – nombre de la perra negra, fiel compañera del artista y protagonista de muchas de sus obras – se presenta como un Exú, desplegando así una de las tantas caras que puede asumir el dios. La obra del paradigmático artista argentino León Ferrari, hoy día causando una vez más, grandes debates alrededor de sus obras recientemente adquiridas por el MOMA de New York, presenta un polémico trabajo donde utiliza los íconos de Exús como demonios, para confrontarlos con los santos cristianos. Guillermo Zabaleta, uruguayo, realiza una instalación de banderas quemadas con pólvora para formar signos rituales y la acompaña con un video. Melina Scumburdis, también argentina, presenta una instalación de llaves refiriendo así a otro de los característicos símbolos de Exú. También participan artistas como Marcelo Bordese, Nora Correas, Ángela López Ruiz, Diego Perrotta, Nico Sara, Gustavo Tabares, Anabel Vanoni y Margaret Whyte. Artistas contemporáneos, comprometidos con la idea de descubrir y mostrar la riqueza y la belleza, ciertamente diferente pero belleza al fin, que se esconde – literalmente – a la vista del público alejado del arte ritual. Y como ya se ha dejado inferir anteriormente, esconder no es destruir y muy a pesar del poder de la ignorancia y el desconocimiento, estamos en presencia de una cultura que se retroalimenta y crece a cada momento desde las periferias. Para Batalla, “la penetración del culto africanista tiene que ver con una construcción colectiva, no hay un Papa, ninguna autoridad que dictamine hacia donde siguen las cosas. La religión va fluctuando, se va moviendo y creando de manera permanente, a través de una mitología poco recorrida y muy rica".
Quisiera cerrar mi texto citando la acertadísima frase del Pai Milton Acosta, cuando le tocó referirse a “Dueños de la Encrucijada”, la cual encuentro afín al trabajo que personalmente tuve que hacer para acercarme al abordaje de este texto. Habiendo partido del rechazo inicial que me provocara lo desconocido, me gratifica descubrir que tras haber pasado por distintas etapas he llegado a la instancia donde el deseo por conocer, comprender y asumir al otro y sus pensamientos como una posibilidad tan válida como cualquier otro discurso, ha prevalecido. Ello implica nada más ni nada menos que reconocer las diferencias y darles la entidad que les pertenecen y que supieron ganarse tanto dentro del plano ritual como en el campo de las expresiones que combinan lo artístico con lo religioso. Citando entonces a Milton Acosta, “… Eshu y Pombo Gira se han instalado en el Museo Blanes por medio de aquello que sugieren a aquellos artistas que dotados de visión desprejuiciada, han podido encontrarles en una obra desenfadada, riquísima y subversiva. Tal vez, un puente abierto para una sociedad plagada de temores ante lo desconocido y que no osa hacer sus elecciones”.
miércoles, 19 de agosto de 2009
PÁGINA 12 - Lunes 17 de agosto de 2009
LA ARTESANIA COMO EJEMPLO DE CULTURA
La artesanía como ejemplo de cultura
Interesado en la ritualidad del culto africanista de la kimbanda, Juan Batalla juntó obras de varios artistas argentinos y uruguayos en una exhibición que mira más allá de los cánones habituales del arte y que complementa un libro de Arte Brujo.
Hablar de lo instituido no es referirse necesariamente a las instituciones que muchos discursos implícitamente señalan como únicas, las tradicionales, que son entre las que se tejen las relaciones de poder, mas tampoco a las secundadas por la Modernidad. Lo latente es, en realidad, el reconocimiento de los individuos sobre un conjunto de prácticas que tiene más o menos ciertas características propias. En una galería de arte, por ejemplo, se esperan hallar obras de arte, sean pinturas, esculturas, fotografías o –desde Marcel Duchamp– mingitorios. Pero nadie se pondría a contemplar con verdadero ojo crítico un Gauchito Gil en una santería de San Telmo. Entra aquí la irresuelta discusión del tope que tienen las llamadas artesanías: una estatuilla, rodeada de tantas otras, si no iguales, parecidas, no es considerada una producción artística ad hoc. ¿Pero qué sucedería si a alguien se le ocurriese hacer una exposición en la que ese Gauchito estuviera a la par de una escultura? Combinando esa inquietud y su interés por la ritualidad del culto africanista de la kimbanda, Juan Batalla juntó obras de varios artistas argentinos y uruguayos en Dueños de la encrucijada, estéticas de Exú y Pompa Gira en el Río de la Plata, que se exhibirá hasta el 30 de agosto en el Centro Cultural Ricardo Rojas (Av. Corrientes 2038) de lunes a sábados de 8 a 20, con entrada libre y gratuita.
En rigor, la muestra es el corolario del libro epónimo publicado el año pasado por la editorial Arte Brujo, que Batalla y el artista plástico Dany Barreto dirigen hace seis. “La intención no es ironizar sobre los cultos africanistas ni ninguna religión popular. La idea es mostrar arte donde otros no la ven. Muchos de los mismos religiosos que fabrican los objetos que están en la muestra no ven el arte que producen sino que lo viven como ritualidad. Entonces, Dueños de la encrucijada pone a esos objetos en situación de arte, en un libro y en la muestra”, explica el curador durante la charla con Página/12, acompañado por Barreto y el fotógrafo Guillermo Srodek Hart, que en la muestra participa con instantáneas de algunos altares de templos kimbanda de Villa Devoto, San Martín y Montevideo. El resto de los artistas que prestaron sus obras a la causa son Marcelo Bordese, Nora Correas, León Ferrari, Angela López Ruiz, Diego Perrotta (cuya muestra personal se exhibe en el Centro Cultural Recoleta), Nico Sara, Melina Scumburdis, Gustavo Tabares, Anabel Vanoni, Margaret Whyte y Guillermo Zabaleta, cada cual bajo la impronta de su estilo, escuela y cercanía a la temática: puestas sus producciones a dialogar, les dan a los pasillos del Rojas un halo entre barroco y kitsch. “Por un lado existen artistas contemporáneos de la Argentina y Uruguay que están dentro de los cultos. Por el otro hay personas que, por algún motivo, se contagiaron de la iconografía y la incorporaron a su trabajo. Y hay unos terceros, que son los que, sin buscarlo específicamente, utilizan la simbología”, puntualiza Batalla, no sin contemplar, claro, las obras de los sacerdotes de algunos de los edificios sagrados que visitaron para escribir el libro: los “fierros”, que un vistazo fugaz confunde con candelabros pero son, en realidad, figuras representativas de los espíritus, y las estatuillas de yeso regulares.
–¿Cómo idearon el paquete literario-plástico que devino en Dueños de la encrucijada?
Juan Batalla: –Tiene que ver con mis intereses personales. Siempre estuve ligado al cruce del arte y la ritualidad, es mi terreno específico. Y en cuanto a la kimbanda y al culto de Exú, es un campo de estudio al que le dediqué años. Cuando observé que había un aspecto de la religiosidad afro que en Uruguay y la Argentina se daba con ciertas características locales, compartidas también con el sur de Brasil, me gustó destacarlo. Queríamos mostrar a los religiosos como artistas que hacen instalaciones, de algún modo.
–¿Qué son Exú y Pompa Gira en el culto de la kimbanda?
Dany Barreto: –Exú y Pompa Gira son dos espíritus de la kimbanda, que proviene del culto africano de la umbanda, pero es más bien una creación del sur de América. Aquí tiene una estética muy particular: los que asisten a los templos se visten de gitanos, cantan en portuñol y con tambores canciones africanas, y entran en trance con Exú y Pompa Gira, que intermedian entre los dioses y los humanos. Por eso se les hacen ceremonias, pedidos y ofrendas.
J. B.: –Se les rinde culto. Están ligados a la transgresión y habitan en los cruces de caminos, en los lugares de conflicto, en los momentos de quiebre. Como son espíritus de personas que vivieron en otros tiempos, se los representa como prostitutas o cafishios, personajes “malos” dentro de una picaresca local.
–Uno de los estigmas que ronda a este culto es la clausura. ¿Cómo se vincularon con los templos y lograron la confianza para observar los rituales y participar de ellos sin restricciones?
D. B.: –Trabajamos siempre en temas vinculados con lo religioso, aparte de hacer otras cosas. Y, por suerte, tenemos muchos amigos antropólogos que nos recomendaron y nos abrieron las puertas de los templos. Ibamos y decíamos: “Venimos de parte de...”, y ya era totalmente distinto. Nos permitieron sacar fotos y nos mostraron mucho más de lo que hubiéramos logrado yendo solos. Claro que si no te conocen se hace muy difícil.
J. B.: –Además les dimos nuestra palabra de que la intención no era ironizar sobre los cultos africanistas, ni sobre ninguna religión popular. La idea es mostrar arte donde otros no la ven.
D. B.: –Hay varios pai (sacerdotes) que sí se dan cuenta de que la ceremonia es totalmente artística, pero hay otros que no la conciben de esa forma. Nosotros lo rescatamos como arte.
Y aquí “rescatar” no es en tanto “robar” ni “pedir prestado”. En su mayoría son obras que remiten a la simbología kimbanda, pero que fueron realizadas por artistas plásticos antes de que el proyecto existiese. Además de las fotos de los altares, algunas de las piezas que componen la muestra son S/T, acrílico sobre tela realizado por Nico Sara, que muestra una mano haciendo cuernitos con los dedos índice y meñique, como hacen los religiosos de la kimbanda durante el trance de los bailes; Quién la tiene más larga, un enorme y llamativo monumento fálico de cera y acero inoxidable realizado por Nora Correas y que es “el eje de la exposición”, cuenta Batalla; una Pompa Gira de yeso policromado, de las que se pueden encontrar en las santerías, que es curiosamente una réplica de la Venus, de Sandro Botticelli, salvo que pintada de rojo, pues “encontraron reflejadas en esa pintura todas las cualidades de la diosa. Es algo así como un ‘sincretismo pop’”, reflexiona Srodek Hart. Infierno es una jaula con santos y diablos realizada por León Ferrari para su serie Ideas para infiernos; y una escultura creada por Dany Barreto, que tomó como modelo a su mascota: “La perra aparece como sagrada, primero porque es La Murciélaga, mi perra (risas)... En realidad, porque siempre me llamó la atención que en culturas antiguas, como la egipcia o la china, adoraran a los animales”.
–¿Cómo son los rituales de los kimbanda? ¿En qué se nota que se trata de un culto que proviene de Africa?
D. B.: –Se nota más en Uruguay, donde hay más negros. Acá no lo veo como algo africano. Es gente de barrio la que participa y no te das cuenta de que es un rito africano. Es como si fueras a la iglesia católica, salvo que con una estética distinta. Yo estudiaba teatro y empecé a ver las ceremonias como obras, porque tienen música, escenografía, vestuario y es un ritual perfecto. Después me enganché un poco más y empecé a hacer consultas: si de repente tenía un problema, hablaba con el pai que quisiera, con naturalidad y respeto. Hay mucha gente que es de otra religión, pero la compatibiliza con ésta.
J. B.: –Existe la magia y eso es una diferencia con otras religiones. Para los kimbanda, el deseo está bien visto, está expresando algo de tu interior y está bien que se manifieste. Y recurren a la magia para que ese deseo suceda en la Tierra.
–Ellos lo llamarán magia, pero desde otros sectores insisten en que es brujería...
J. B.: –Eso le da un halo de oscuridad. También persiste el prejuicio cultural y racial con respecto a la negritud y los estereotipos de inferioridad.
D. B.: –Usan muchas ofrendas de comida, ropa y velas, que nosotros vemos súper artísticas: son como instalaciones en la esquina. Lo que pasa es que la gente se cruza con un plato con pochoclos y una vela roja y ya piensa que es magia negra, aunque en realidad no sea más que una ofrenda por un pedido de trabajo o salud. Lo que sucede es que no están acostumbrados a verlo dentro de esos márgenes.
Informe: Facundo Gari.
LA ARTESANIA COMO EJEMPLO DE CULTURA
La artesanía como ejemplo de cultura
Interesado en la ritualidad del culto africanista de la kimbanda, Juan Batalla juntó obras de varios artistas argentinos y uruguayos en una exhibición que mira más allá de los cánones habituales del arte y que complementa un libro de Arte Brujo.
Hablar de lo instituido no es referirse necesariamente a las instituciones que muchos discursos implícitamente señalan como únicas, las tradicionales, que son entre las que se tejen las relaciones de poder, mas tampoco a las secundadas por la Modernidad. Lo latente es, en realidad, el reconocimiento de los individuos sobre un conjunto de prácticas que tiene más o menos ciertas características propias. En una galería de arte, por ejemplo, se esperan hallar obras de arte, sean pinturas, esculturas, fotografías o –desde Marcel Duchamp– mingitorios. Pero nadie se pondría a contemplar con verdadero ojo crítico un Gauchito Gil en una santería de San Telmo. Entra aquí la irresuelta discusión del tope que tienen las llamadas artesanías: una estatuilla, rodeada de tantas otras, si no iguales, parecidas, no es considerada una producción artística ad hoc. ¿Pero qué sucedería si a alguien se le ocurriese hacer una exposición en la que ese Gauchito estuviera a la par de una escultura? Combinando esa inquietud y su interés por la ritualidad del culto africanista de la kimbanda, Juan Batalla juntó obras de varios artistas argentinos y uruguayos en Dueños de la encrucijada, estéticas de Exú y Pompa Gira en el Río de la Plata, que se exhibirá hasta el 30 de agosto en el Centro Cultural Ricardo Rojas (Av. Corrientes 2038) de lunes a sábados de 8 a 20, con entrada libre y gratuita.
En rigor, la muestra es el corolario del libro epónimo publicado el año pasado por la editorial Arte Brujo, que Batalla y el artista plástico Dany Barreto dirigen hace seis. “La intención no es ironizar sobre los cultos africanistas ni ninguna religión popular. La idea es mostrar arte donde otros no la ven. Muchos de los mismos religiosos que fabrican los objetos que están en la muestra no ven el arte que producen sino que lo viven como ritualidad. Entonces, Dueños de la encrucijada pone a esos objetos en situación de arte, en un libro y en la muestra”, explica el curador durante la charla con Página/12, acompañado por Barreto y el fotógrafo Guillermo Srodek Hart, que en la muestra participa con instantáneas de algunos altares de templos kimbanda de Villa Devoto, San Martín y Montevideo. El resto de los artistas que prestaron sus obras a la causa son Marcelo Bordese, Nora Correas, León Ferrari, Angela López Ruiz, Diego Perrotta (cuya muestra personal se exhibe en el Centro Cultural Recoleta), Nico Sara, Melina Scumburdis, Gustavo Tabares, Anabel Vanoni, Margaret Whyte y Guillermo Zabaleta, cada cual bajo la impronta de su estilo, escuela y cercanía a la temática: puestas sus producciones a dialogar, les dan a los pasillos del Rojas un halo entre barroco y kitsch. “Por un lado existen artistas contemporáneos de la Argentina y Uruguay que están dentro de los cultos. Por el otro hay personas que, por algún motivo, se contagiaron de la iconografía y la incorporaron a su trabajo. Y hay unos terceros, que son los que, sin buscarlo específicamente, utilizan la simbología”, puntualiza Batalla, no sin contemplar, claro, las obras de los sacerdotes de algunos de los edificios sagrados que visitaron para escribir el libro: los “fierros”, que un vistazo fugaz confunde con candelabros pero son, en realidad, figuras representativas de los espíritus, y las estatuillas de yeso regulares.
–¿Cómo idearon el paquete literario-plástico que devino en Dueños de la encrucijada?
Juan Batalla: –Tiene que ver con mis intereses personales. Siempre estuve ligado al cruce del arte y la ritualidad, es mi terreno específico. Y en cuanto a la kimbanda y al culto de Exú, es un campo de estudio al que le dediqué años. Cuando observé que había un aspecto de la religiosidad afro que en Uruguay y la Argentina se daba con ciertas características locales, compartidas también con el sur de Brasil, me gustó destacarlo. Queríamos mostrar a los religiosos como artistas que hacen instalaciones, de algún modo.
–¿Qué son Exú y Pompa Gira en el culto de la kimbanda?
Dany Barreto: –Exú y Pompa Gira son dos espíritus de la kimbanda, que proviene del culto africano de la umbanda, pero es más bien una creación del sur de América. Aquí tiene una estética muy particular: los que asisten a los templos se visten de gitanos, cantan en portuñol y con tambores canciones africanas, y entran en trance con Exú y Pompa Gira, que intermedian entre los dioses y los humanos. Por eso se les hacen ceremonias, pedidos y ofrendas.
J. B.: –Se les rinde culto. Están ligados a la transgresión y habitan en los cruces de caminos, en los lugares de conflicto, en los momentos de quiebre. Como son espíritus de personas que vivieron en otros tiempos, se los representa como prostitutas o cafishios, personajes “malos” dentro de una picaresca local.
–Uno de los estigmas que ronda a este culto es la clausura. ¿Cómo se vincularon con los templos y lograron la confianza para observar los rituales y participar de ellos sin restricciones?
D. B.: –Trabajamos siempre en temas vinculados con lo religioso, aparte de hacer otras cosas. Y, por suerte, tenemos muchos amigos antropólogos que nos recomendaron y nos abrieron las puertas de los templos. Ibamos y decíamos: “Venimos de parte de...”, y ya era totalmente distinto. Nos permitieron sacar fotos y nos mostraron mucho más de lo que hubiéramos logrado yendo solos. Claro que si no te conocen se hace muy difícil.
J. B.: –Además les dimos nuestra palabra de que la intención no era ironizar sobre los cultos africanistas, ni sobre ninguna religión popular. La idea es mostrar arte donde otros no la ven.
D. B.: –Hay varios pai (sacerdotes) que sí se dan cuenta de que la ceremonia es totalmente artística, pero hay otros que no la conciben de esa forma. Nosotros lo rescatamos como arte.
Y aquí “rescatar” no es en tanto “robar” ni “pedir prestado”. En su mayoría son obras que remiten a la simbología kimbanda, pero que fueron realizadas por artistas plásticos antes de que el proyecto existiese. Además de las fotos de los altares, algunas de las piezas que componen la muestra son S/T, acrílico sobre tela realizado por Nico Sara, que muestra una mano haciendo cuernitos con los dedos índice y meñique, como hacen los religiosos de la kimbanda durante el trance de los bailes; Quién la tiene más larga, un enorme y llamativo monumento fálico de cera y acero inoxidable realizado por Nora Correas y que es “el eje de la exposición”, cuenta Batalla; una Pompa Gira de yeso policromado, de las que se pueden encontrar en las santerías, que es curiosamente una réplica de la Venus, de Sandro Botticelli, salvo que pintada de rojo, pues “encontraron reflejadas en esa pintura todas las cualidades de la diosa. Es algo así como un ‘sincretismo pop’”, reflexiona Srodek Hart. Infierno es una jaula con santos y diablos realizada por León Ferrari para su serie Ideas para infiernos; y una escultura creada por Dany Barreto, que tomó como modelo a su mascota: “La perra aparece como sagrada, primero porque es La Murciélaga, mi perra (risas)... En realidad, porque siempre me llamó la atención que en culturas antiguas, como la egipcia o la china, adoraran a los animales”.
–¿Cómo son los rituales de los kimbanda? ¿En qué se nota que se trata de un culto que proviene de Africa?
D. B.: –Se nota más en Uruguay, donde hay más negros. Acá no lo veo como algo africano. Es gente de barrio la que participa y no te das cuenta de que es un rito africano. Es como si fueras a la iglesia católica, salvo que con una estética distinta. Yo estudiaba teatro y empecé a ver las ceremonias como obras, porque tienen música, escenografía, vestuario y es un ritual perfecto. Después me enganché un poco más y empecé a hacer consultas: si de repente tenía un problema, hablaba con el pai que quisiera, con naturalidad y respeto. Hay mucha gente que es de otra religión, pero la compatibiliza con ésta.
J. B.: –Existe la magia y eso es una diferencia con otras religiones. Para los kimbanda, el deseo está bien visto, está expresando algo de tu interior y está bien que se manifieste. Y recurren a la magia para que ese deseo suceda en la Tierra.
–Ellos lo llamarán magia, pero desde otros sectores insisten en que es brujería...
J. B.: –Eso le da un halo de oscuridad. También persiste el prejuicio cultural y racial con respecto a la negritud y los estereotipos de inferioridad.
D. B.: –Usan muchas ofrendas de comida, ropa y velas, que nosotros vemos súper artísticas: son como instalaciones en la esquina. Lo que pasa es que la gente se cruza con un plato con pochoclos y una vela roja y ya piensa que es magia negra, aunque en realidad no sea más que una ofrenda por un pedido de trabajo o salud. Lo que sucede es que no están acostumbrados a verlo dentro de esos márgenes.
Informe: Facundo Gari.
martes, 18 de agosto de 2009
RAMONAWEB
¡Cosa `e Mandinga!
Autor de la reseña Mercedes Janon
Dueños de la encrucijada
CC Rojas
Artista(s) León Ferrari | Daniel Barreto | Nico Sara | Nora Correas | Melina Scumburdis | Diego Perrotta | Anabel Vanoni | Marcelo Bordese | Gustavo Tabares | Angela López Ruíz | Srodek Hart | Margaret Whyte | Guillermo Zabaleta
Inauguración 06-08-2009 19:00
Cierre 30-08-2009 19:00
El Rojas está más rojo que nunca. Los dueños de la encrucijada. Estéticas de Exú y Pomba Gira en el Río de la Plata, curada por Juan Batalla, estará hasta el 31 en el C. C. R. R. Rojas.
En una muestra inquietante, el arte rastrea su remoto origen, su raíz mágica, cuando era pura evocación.
Desde el rito plasmado en videoarte o el registro de una performance (López Ruiz, Vanoni y Zabaleta), pasando por lo totémico en Quién la tiene más larga de Correas, hasta la idolatría en Exú la murciélaga de Barreto o el fetichismo en Llaves de Scumburdis, los ancestrales mecanismos se actualizan en las prácticas del arte contemporáneo.
Rodeado por tantos blasfemos que excomulgar, las asociaciones cristianas van a dejar tranquilo a León Ferrari, presente con un modesto Infierno plagado de santos.
Dicen que el verdadero poder del mal radica en que nos olvidemos de que existe. Por suerte, en los días que corren, está el arte para echar un poco de luz sobre el lado oscuro de la humanidad.
Recomendación: portar amuleto protector. Una foto de Pugliese basta.
Por las dudas, ir murmurando entre dientes vade retro.
¡Cosa `e Mandinga!
Autor de la reseña Mercedes Janon
Dueños de la encrucijada
CC Rojas
Artista(s) León Ferrari | Daniel Barreto | Nico Sara | Nora Correas | Melina Scumburdis | Diego Perrotta | Anabel Vanoni | Marcelo Bordese | Gustavo Tabares | Angela López Ruíz | Srodek Hart | Margaret Whyte | Guillermo Zabaleta
Inauguración 06-08-2009 19:00
Cierre 30-08-2009 19:00
El Rojas está más rojo que nunca. Los dueños de la encrucijada. Estéticas de Exú y Pomba Gira en el Río de la Plata, curada por Juan Batalla, estará hasta el 31 en el C. C. R. R. Rojas.
En una muestra inquietante, el arte rastrea su remoto origen, su raíz mágica, cuando era pura evocación.
Desde el rito plasmado en videoarte o el registro de una performance (López Ruiz, Vanoni y Zabaleta), pasando por lo totémico en Quién la tiene más larga de Correas, hasta la idolatría en Exú la murciélaga de Barreto o el fetichismo en Llaves de Scumburdis, los ancestrales mecanismos se actualizan en las prácticas del arte contemporáneo.
Rodeado por tantos blasfemos que excomulgar, las asociaciones cristianas van a dejar tranquilo a León Ferrari, presente con un modesto Infierno plagado de santos.
Dicen que el verdadero poder del mal radica en que nos olvidemos de que existe. Por suerte, en los días que corren, está el arte para echar un poco de luz sobre el lado oscuro de la humanidad.
Recomendación: portar amuleto protector. Una foto de Pugliese basta.
Por las dudas, ir murmurando entre dientes vade retro.
LA PRENSA
30-8-09
Cultura
YENTE Y LIDY PRATI EN EL MALBA. PRESENCIA DE AFRICA EN EL CENTRO CULTURAL ROJAS
Raíces pioneras, rastros arcaicos
30.08.2009 |
Una exposición que pone en valor la producción de dos pioneras de la abstracción en la Argentina: Yente y Lidy Prati, artistas singulares que introdujeron variantes personales al debate sobre la no figuración en nuestro país, abrió sus puertas en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba)
La muestra presenta una selección de más de 170 obras pertenecientes a colecciones públicas y privadas, y plantea los inicios de la abstracción en la Argentina, con piezas de Emilio Pettoruti, Xul Solar y Juan Del Prete.
Además, dedica dos grandes núcleos a la producción abstracta de Yente (Eugenia Crenovich, 1905-1990) y Prati (Lidia Elena Prati, 1921-2008), con un conjunto de pinturas y obras sobre papel realizadas entre fines de los años 30 y los años 60.
Los trabajos abstractos más antiguos de Yente datan de 1937 y por lo tanto es la primera artista mujer que desarrolló esta tendencia en la Argentina.
Esta muestra -hasta el 5 de octubre en Figueroa Alcorta 3415- presenta unas 70 piezas de la producción abstracta geométrica y libre de Yente (compañera de vida y de lucha artística de Juan Del Prete), entre pinturas, objetos, relieves, obras sobre papel y tapices, producidos entre 1937 y 1960.
En Figueroa Alcorta 3415.
ESTETICAS DE EXU
Instalaciones, videos, pinturas, fotografías, esculturas, objetos rituales y de diseño dan forma "Dueños de la encrucijada", la muestra que desarrolla las estéticas de las divinidades Exú y Pomba Gira en el Río de la Plata y que hasta fines de agosto puede verse en el porteño centro cultural Rojas.
Focalizada en el culto a Exú y Pomba Gira -espíritus masculino y femenino de los cultos africanistas del sur de Brasil, Argentina y Uruguay donde hay una marcada identidad común- esta exhibición pone de relieve las particularidades compartidas por Montevideo y Buenos Aires.
La exposición -montada en el Espacio de Artes Visuales del Rojas- se encuentra en el límite entre el arte y la antropología, acentuado inteligentemente por el curador Juan Batalla.
Hay algo más: esto tiene su correlato en la realidad material o geográfica. Muchas veces se invoca u ofrenda a Exú en el cruce de dos calles, "la encrucijada", resume este estudioso del arte africano y afro-latinoamericano.
Centralizar la atención en estas dos divinidades "es como si hiciéramos un arbitrario recorte del panteón de dioses griegos y nos acotásemos a observar el culto a Dionisio, independizado del resto de los dioses", asegura el curador.
Estos artistas que se presentan aquí son de origen ecléctico: algunos son practicantes de estos cultos y realizan obras como correlato de su vida religiosa, y otros fueron influenciados por estéticas umbandistas.
Están los que sin proponérselo manifiestan en su obra ideas o símbolos que sirven a la lectura ritual o antropológica y también los religiosos que se dedican a una carrera artística y hacen arte ritual.
Dany Barreto, Marcelo Bordese, Nora Correas, Angela López Ruiz, Diego Perrotta, Nico Sara, Guillermo Srodek Hart, Melina Scumburdis, Gustavo Tabares, Anabel Vanoni, Margaret Whyte y Guillermo Zabaleta son los expositores de esta muestra.
Es en esta diversidad que Batalla proyecta una idea de mezcla, variación y creatividad implícitas en las estéticas de Exú y Pomba Gira.
El curador incluyó en esta muestra una obra de León Ferrari, parte de una serie de explícita crítica al cristianismo que provocó gran polémica hace unos años cuando se exhibió en el centro cultural Recoleta.
Para esto Ferrari usó estatuas de Exú compradas en santerías a modo de representaciones del diablo y evidenció así el fenómeno del sincretismo, en este caso: muchas de las entidades a las que se rinde culto en el africanismo tienen un correlato en el panteón cristiano.
¿Cuál es el de Exú? El demonio: sus estatuas tienen forma de demonios y por eso cuando quise antologizar a quiénes trataron la iconografía de Exú en el Río de la Plata, Ferrari resultó ineludible a partir de la presentación que años atrás hizo en el centro cultural de España.
El afroumbandismo ya no refiere a lo afro en un sentido racial o genético sino que señala la pregnancia de una cultura incorporada al tronco de la cultura rioplatense que prodiga generosos frutos.
En el centro cultural Rojas, Corrientes 2038.
http://www.laprensa.com.ar/340091-Raices-pioneras-rastros-arcaicos.note.aspx
30-8-09
Cultura
YENTE Y LIDY PRATI EN EL MALBA. PRESENCIA DE AFRICA EN EL CENTRO CULTURAL ROJAS
Raíces pioneras, rastros arcaicos
30.08.2009 |
Una exposición que pone en valor la producción de dos pioneras de la abstracción en la Argentina: Yente y Lidy Prati, artistas singulares que introdujeron variantes personales al debate sobre la no figuración en nuestro país, abrió sus puertas en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba)
La muestra presenta una selección de más de 170 obras pertenecientes a colecciones públicas y privadas, y plantea los inicios de la abstracción en la Argentina, con piezas de Emilio Pettoruti, Xul Solar y Juan Del Prete.
Además, dedica dos grandes núcleos a la producción abstracta de Yente (Eugenia Crenovich, 1905-1990) y Prati (Lidia Elena Prati, 1921-2008), con un conjunto de pinturas y obras sobre papel realizadas entre fines de los años 30 y los años 60.
Los trabajos abstractos más antiguos de Yente datan de 1937 y por lo tanto es la primera artista mujer que desarrolló esta tendencia en la Argentina.
Esta muestra -hasta el 5 de octubre en Figueroa Alcorta 3415- presenta unas 70 piezas de la producción abstracta geométrica y libre de Yente (compañera de vida y de lucha artística de Juan Del Prete), entre pinturas, objetos, relieves, obras sobre papel y tapices, producidos entre 1937 y 1960.
En Figueroa Alcorta 3415.
ESTETICAS DE EXU
Instalaciones, videos, pinturas, fotografías, esculturas, objetos rituales y de diseño dan forma "Dueños de la encrucijada", la muestra que desarrolla las estéticas de las divinidades Exú y Pomba Gira en el Río de la Plata y que hasta fines de agosto puede verse en el porteño centro cultural Rojas.
Focalizada en el culto a Exú y Pomba Gira -espíritus masculino y femenino de los cultos africanistas del sur de Brasil, Argentina y Uruguay donde hay una marcada identidad común- esta exhibición pone de relieve las particularidades compartidas por Montevideo y Buenos Aires.
La exposición -montada en el Espacio de Artes Visuales del Rojas- se encuentra en el límite entre el arte y la antropología, acentuado inteligentemente por el curador Juan Batalla.
Hay algo más: esto tiene su correlato en la realidad material o geográfica. Muchas veces se invoca u ofrenda a Exú en el cruce de dos calles, "la encrucijada", resume este estudioso del arte africano y afro-latinoamericano.
Centralizar la atención en estas dos divinidades "es como si hiciéramos un arbitrario recorte del panteón de dioses griegos y nos acotásemos a observar el culto a Dionisio, independizado del resto de los dioses", asegura el curador.
Estos artistas que se presentan aquí son de origen ecléctico: algunos son practicantes de estos cultos y realizan obras como correlato de su vida religiosa, y otros fueron influenciados por estéticas umbandistas.
Están los que sin proponérselo manifiestan en su obra ideas o símbolos que sirven a la lectura ritual o antropológica y también los religiosos que se dedican a una carrera artística y hacen arte ritual.
Dany Barreto, Marcelo Bordese, Nora Correas, Angela López Ruiz, Diego Perrotta, Nico Sara, Guillermo Srodek Hart, Melina Scumburdis, Gustavo Tabares, Anabel Vanoni, Margaret Whyte y Guillermo Zabaleta son los expositores de esta muestra.
Es en esta diversidad que Batalla proyecta una idea de mezcla, variación y creatividad implícitas en las estéticas de Exú y Pomba Gira.
El curador incluyó en esta muestra una obra de León Ferrari, parte de una serie de explícita crítica al cristianismo que provocó gran polémica hace unos años cuando se exhibió en el centro cultural Recoleta.
Para esto Ferrari usó estatuas de Exú compradas en santerías a modo de representaciones del diablo y evidenció así el fenómeno del sincretismo, en este caso: muchas de las entidades a las que se rinde culto en el africanismo tienen un correlato en el panteón cristiano.
¿Cuál es el de Exú? El demonio: sus estatuas tienen forma de demonios y por eso cuando quise antologizar a quiénes trataron la iconografía de Exú en el Río de la Plata, Ferrari resultó ineludible a partir de la presentación que años atrás hizo en el centro cultural de España.
El afroumbandismo ya no refiere a lo afro en un sentido racial o genético sino que señala la pregnancia de una cultura incorporada al tronco de la cultura rioplatense que prodiga generosos frutos.
En el centro cultural Rojas, Corrientes 2038.
http://www.laprensa.com.ar/340091-Raices-pioneras-rastros-arcaicos.note.aspx
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